Como es conocido, hasta la década de los años 40 del siglo pasado, ésta era una actividad económica habitual en los pueblos de montaña. Con el deshielo, usando el río como vía de transporte, se bajaban los troncos formando balsas o almadías, que aquí se llaman navatas, hasta el río Aragón y de éste al Ebro, hasta llegar incluso a Tortosa y el Mediterráneo. El número de navatas iba descendiendo en función de la venta que se hacía de troncos en las localidades por las que se pasaba, y al terminarse, a casa... a pie.
Desde el siglo XIV, ya se reconocía a los chesos y a los roncaleses como los mejores navateros del país. Al ser una actividad importante, no se tardó (como ocurre ahora) , en establecer un impuesto, que debía de pagarse por cada navata, al pasar por determinados peajes. Los chesos, siempre tan ocurrentes, decidieron unir numerosas navatas para que juntas contaran solamente como una, y por tanto pagar menos, pero eran tan difíciles de maniobrar y producían tantos destrozos en los embarcaderos de descarga y pontones de peaje, que ante las protestas de los pueblos, la justicia actuó y tuvieron que abandonar su brillante idea, y aflojar la bolsa como todos.
(La foto que se muestra, es del día 11, fué tomada por Miguel Angel Muñoz Bescós, y me ha sido enviada por mi amiga Ana Mercedes Algueta de Casa Ubero a la vez que a mi también amiga Ana Carmen de casa Cabalero).
Esta foto, de navatas en el río Ebro, tiene más de cien años y pertenece al Archivo Municipal de Zaragoza. ¿ Pudieran ser navateros chesos.....?
No hay comentarios:
Publicar un comentario