Manuel Bretón. Capitán General de Aragón. Máximo responsable de la represión del alzamiento esparterista en Los Valles |
Desde que en 1844 se produjera el
levantamiento revolucionario en Los Valles a favor del exiliado general
Espartero y que fue reprimido a sangre y fuego por el ejército, con el terrible
balance de 17 paisanos fusilados en Echo y Ansó y casi un centenar de huidos a
Francia (ver mi artículo publicado en el número 31 de 2014 de la revista Bisas
del Subordán), los pueblos quedaron
prácticamente militarizados durante varios años, lo que unido a la represión
del contrabando, provocaba numerosos enfrentamientos y conflictos entre
militares y civiles.
Uno de los más sonados tuvo lugar
el 29 de junio de 1849 y tuvo como protagonistas al comandante de armas de la
villa de Echo, Ramón Barón y al alcalde de la misma José Ventura. La
repercusión del enfrentamiento superó los ámbitos locales, y al menos dos
periódicos de ámbito nacional, El Clamor Público y el Observador, se ocuparon
de la noticia, lamentando lo sucedido y exigiendo responsabilidades al
estamento militar.
Alcalde cheso. Fot. Compairé. |
Los hechos, de acuerdo con la
crónica de dichos periódicos y sobre todo con la carta que el propio alcalde
José Ventura dirigió desde el calabozo del cuartel donde fue confinado, al
gobernador militar de Jaca pidiéndole amparo, fueron los siguientes:
El comandante Barón, envió recado
al alcalde Ventura a casa del síndico del
ayuntamiento donde se encontraba preguntándole si había llegado tropa y la
había alojado convenientemente. El alcalde le contestó que no tenía ni idea
de que nadie hubiera llegado y por lo tanto a nadie había alojado. La respuesta
no debió de agradar al militar que de nuevo le envió mensaje al alcalde para que bajara a su casa donde lo estaba
esperando con un piquete de tropa armada. En la esquina de casa del alcalde
el comandante le volvió a preguntar lo mismo y recibió la misma contestación,
queriendo obligarle a que reconociera algunas casas a lo que el alcalde se negó
exigiéndole que se lo pidiera de oficio. Aquí debieron de ponerse mal las
cosas: el comandante contestó que no le daba la gana, el alcalde que en su
bastón y persona respetara a la reina, el otro que a Isabel II sólo se le
representaba en la suya…
Soldados de la época |
Resultado final: colérico el
comandante amenazó al alcalde con su sable, y ordenó al piquete que lo llevaran escoltado al cuartel y que se no andaba pronto que lo hiciesen andar
con las puntas de las bayonetas mientras lo insultaba gravemente. A la hora
de estar bajo custodia en el cuartel fue conducido a la ciudadela de Jaca, con
la acusación de alta traición, continuando las agresiones verbales y amenazas
durante todo el trayecto.
La sangre no llegó al río, pues
nada más ingresar en la ciudadela de Jaca, el gobernador militar y la
oficialidad, además de dejar en inmediata libertad al alcalde, le presentaron
sus excusas tratándole con la mayor deferencia, lo que no evitó que la noticia
trascendiera y se exigieran medidas disciplinarias para el
comandante que había
atropellado a la autoridad civil de Echo.
Entrada a la Ciudadela de Jaca |
Desconozco si se tomaron dichas
medidas o no, y qué fue del comandante Ramón Barón. En cuanto a José Ventura,
el alcalde, temo que es el mismo rico hacendado y ganadero que nueve años
después, el 27 de enero de 1858, fue
asesinado por unos bandoleros que presentándose en la paridera de Gurrea donde se
encontraba con su ganado y un criado, preguntaron su nombre y al decirlo confirmaron
que a él buscaban y fue degollado.´(Ver la entrada del blog del 2 de noviembre
de 2014)
Supongo que éste terrible final,
nada tuvo que ver con el enfrentamiento habido nueve años atrás. ¿O
sí?..........
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