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domingo, 2 de agosto de 2015

1849. LA AUTORIDAD MILITAR CONTRA LA CIVIL: ULTRAJE AL ALCALDE DE ECHO


Manuel Bretón. Capitán General de Aragón.
Máximo responsable de la represión del alzamiento
esparterista en Los Valles
Desde que en 1844 se produjera el levantamiento revolucionario en Los Valles a favor del exiliado general Espartero y que fue reprimido a sangre y fuego por el ejército, con el terrible balance de 17 paisanos fusilados en Echo y Ansó y casi un centenar de huidos a Francia (ver mi artículo publicado en el número 31 de 2014 de la revista Bisas del Subordán),  los pueblos quedaron prácticamente militarizados durante varios años, lo que unido a la represión del contrabando, provocaba numerosos enfrentamientos y conflictos entre militares y civiles.

Uno de los más sonados tuvo lugar el 29 de junio de 1849 y tuvo como protagonistas al comandante de armas de la villa de Echo, Ramón Barón y al alcalde de la misma José Ventura. La repercusión del enfrentamiento superó los ámbitos locales, y al menos dos periódicos de ámbito nacional, El Clamor Público y el Observador, se ocuparon de la noticia, lamentando lo sucedido y exigiendo responsabilidades al estamento militar.




Alcalde cheso. Fot. Compairé.
Los hechos, de acuerdo con la crónica de dichos periódicos y sobre todo con la carta que el propio alcalde José Ventura dirigió desde el calabozo del cuartel donde fue confinado, al gobernador militar de Jaca pidiéndole amparo, fueron los siguientes:

El comandante Barón, envió recado al alcalde Ventura a casa del síndico del ayuntamiento donde se encontraba preguntándole si había llegado tropa y la había alojado convenientemente. El alcalde le contestó que no tenía ni idea de que nadie hubiera llegado y por lo tanto a nadie había alojado. La respuesta no debió de agradar al militar que de nuevo le envió mensaje al alcalde para que bajara a su casa donde lo estaba esperando con un piquete de tropa armada. En la esquina de casa del alcalde el comandante le volvió a preguntar lo mismo y recibió la misma contestación, queriendo obligarle a que reconociera algunas casas a lo que el alcalde se negó exigiéndole que se lo pidiera de oficio. Aquí debieron de ponerse mal las cosas: el comandante contestó que no le daba la gana, el alcalde que en su bastón y persona respetara a la reina, el otro que a Isabel II sólo se le representaba en la suya…
Soldados de la época

Resultado final: colérico el comandante amenazó al alcalde con su sable, y ordenó al piquete que lo llevaran escoltado al cuartel  y que se no andaba pronto que lo hiciesen andar con las puntas de las bayonetas mientras lo insultaba gravemente. A la hora de estar bajo custodia en el cuartel fue conducido a la ciudadela de Jaca, con la acusación de alta traición, continuando las agresiones verbales y amenazas durante todo el trayecto.

La sangre no llegó al río, pues nada más ingresar en la ciudadela de Jaca, el gobernador militar y la oficialidad, además de dejar en inmediata libertad al alcalde, le presentaron sus excusas tratándole con la mayor deferencia, lo que no evitó que la noticia trascendiera y se exigieran medidas disciplinarias para el
Entrada a la Ciudadela de Jaca
comandante que había atropellado a la autoridad civil de Echo.

Desconozco si se tomaron dichas medidas o no, y qué fue del comandante Ramón Barón. En cuanto a José Ventura, el alcalde, temo que es el mismo rico hacendado y ganadero que nueve años después, el 27  de enero de 1858, fue asesinado por unos bandoleros que presentándose en la paridera de Gurrea donde se encontraba con su ganado y un criado, preguntaron su nombre y al decirlo confirmaron que a él buscaban y fue degollado.´(Ver la entrada del blog del 2 de noviembre de 2014)


Supongo que éste terrible final, nada tuvo que ver con el enfrentamiento habido nueve años atrás. ¿O sí?.......... 






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