Interior de la Iglesia de San Pedro de Siresa. |
Las iglesias y monasterios de todo el mundo
cristiano, comenzaron a competir entre ellas por la consecución de reliquias
que supuestamente correspondieran a distintos santos o santas venerados por los
fieles, pues la posesión de dichas reliquias resultaba un medio fundamental
para conseguir la donación de limosnas y bienes que enriquecían a los lugares que las
tenían.
Esto
trajo consigo la falsificación a gran escala de dichos objetos, llegando en
ocasiones a los mayores absurdos aprovechándose de la ignorancia y buena fe
de los fieles. El teólogo crítico de la iglesia católica Karlheinz Deschner, en
su obra Opus Diaboli menciona cómo desde Roma, ya desde la antigüedad se
exportaban reliquias en masa, Así pues, ya en 1510, sólo la iglesia de
Wütemberg tenía más de 5500 reliquias. En el mundo cristiano existen más de 14
reliquias de prepucios de Cristo, y sólo en Francia más de 500 dientes atribuidos
al Niño Jesús y en muchos lugares se conserva supuesta leche de la Virgen María,
o plumas del Espíritu Santo.
El Monasterio de Siresa, por su importancia histórica, no iba a ser menos en la posesión de sagradas reliquias. Mateo Sumán, en su Diccionario Geográfico del Reino de Aragón de 1802 da cumplida cuenta de las existentes en la Iglesia de San Pedro de Siresa, cuya relación es la siguiente:
Gotas de sangre
derramadas por Cristo.
Cabellos y velo de María Santísima
Una pierna de San Vicente mártir
Un brazo de San Celestino mártir
Una pierna y un brazo de San Bonifacio
mártir
Un brazo de Santa Cristina virgen y mártir
Un brazo de Santa Victoria virgen y mártir
Un brazo de San Clemente mártir
El cuerpo de San Teodoro mártir
Una pierna de San Benedicto mártir
Un brazo de San Gaudencio mártir
Una pierna de San Justo mártir
Hueso y carne del cuello de San Bernabé
apóstol
Además, había 135 reliquias menos
principales de los apóstoles y otros santos, y según Sumán, otras insignes desconocidas, y son muchas, todas
como las antecedentes enteras envueltas con algodones en cajas y son auténticas
(sic)
Sumán no sólo hace una relación de las
reliquias, sino que incluso en algunos casos nos dice quién las trajo. Así
pues, el racionero Miguel Gil, trajo a Siresa, el 4 de abril de 1708, las
reliquias de S. Clemente mártir, S. Justo mártir, Stas. Victoria y Cristina y
el cuerpo de San Teodoro.
Retablo de S. Juan Evangelista. Foto J. Soler |
También menciona cómo los antiguos reyes de
Aragón y los obispos de Huesca, trajeron a Siresa el Santo Grial que luego fue
llevado a Valencia. La sacristía nos dice, sufrió un incendio quemándose muchos
de los rótulos de las reliquias, pero hacia la mitad del siglo XVIII se
construyó otra más espaciosa en el mismo lugar.
Ignoro qué ha sido de todas esas reliquias,
y si algunas se conservan en Siresa o en Echo. Siete años después de escribirse el Diccionario en el que se detallan, las tropas francesas arrasaron el Valle, y especialmente sus iglesias,
y en Siresa quemaron el altar y retablo mayor de la Iglesia además de la
sacristía y el archivo, por lo que es fácil deducir que se perderían muchas de
ellas.
Dada la importancia secular del Monasterio....no sería nada extraño que entre las reliquias no catalogadas existiera alguna copia ( hubo varias a lo largo de la historia, reconociéndose 13 según fuentes fiables) del Santo Prepucio de Nuestro Señor Jesucristo, objeto de veneración y culto hasta el año 1900.
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