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Batida de caza. Refugio de Casa La mina. A la izquierda Jorge de Francha. Fotografía de Ricardo Compairé. |
Una
de las actividades de mayor arraigo en el Valle de Echo, y en general
en nuestro medio rural, ha sido y es la práctica de la caza. Corzos,
sarrios, zorros y sobre todo jabalíes, han sido y son objeto de caza
y captura, como antaño lo fueron los osos y los lobos. Pero la caza
no sólo la practican los habitantes de nuestras montañas, sino que
ha sido y es una actividad para la que se desplazan numerosos
aficionados de ciudades y otros territorios {por ejemplo para la caza
de la paloma, la becada o el sarrio (bajo pago)}.

El
autor de la crónica la titula MONTERÍA
AL PIRINEO.
Comienza su minucioso relato en la estación del Norte de Zaragoza,
donde los participantes se han congregado para, en dos departamentos
del tren correo a Huesca, viajar hasta la ciudad de Jaca. La partida
de caza la
componen ...los
sres. León, Jimeno, Vidal, Ubago, Puyol, Liria, Solferino, Lapetra y
éste humilde cronista….Vuelven
a la montaña pirenaica recordando
la agradable estancia en años anteriores…En
la invicta
Huesca se
les une de
punta en blanco Mr. Regnard y
una vez en Jaca, el gran
montero Pío.
Continúa
el reportaje...

A
partir de aquí, va relatando el autor las jornadas de caza día por
día, que por su interés descriptivo reproduzco
literalmente :


Apenas
trascurre una hora sin que los ojeadores levanten caza; ésta sale
perseguida por los perros en vertiginosa huida, pasa veloz por el
punto que ocupa la pareja Puyol-Liria, y sufre certeros disparos, mas
no cae y continúa corriendo, si bien dejando abundante sangre:
tenemos la esperanza de que los perros la cobren. Se han
levantado en el resaque tres jabalíes más, que no han
pasado por los puntos. El tiempo está de borrasca: a una ráfaga de sol le sucede otra de lluvia o nieve, y el espacio toma muy mal cariz, lo cual, como es natural, nos contraría a todos y desanima a muchos. Con tan adverso temporal seguimos internándonos en el valle de Hoza, donde realizamos un nuevo ojeo en el bosque,colocándonos los punteros escalonados desde la orilla del Aragón hasta la elevada cumbre llamada Paso del Onso que los ojeadores efectúan pacientes con una lluvia torrencial, arrojando de la maleza un jabalí que descendió acosado y cruza el río sin que los punteros puedan dispararle con eficacia. Todos hemos aguantado en los puntos el furioso aguacero y nos encontramos hechos un esponjado. Tomamos, pues, !a senda de la Casa de la Mina para secarnos.
pasado por los puntos. El tiempo está de borrasca: a una ráfaga de sol le sucede otra de lluvia o nieve, y el espacio toma muy mal cariz, lo cual, como es natural, nos contraría a todos y desanima a muchos. Con tan adverso temporal seguimos internándonos en el valle de Hoza, donde realizamos un nuevo ojeo en el bosque,colocándonos los punteros escalonados desde la orilla del Aragón hasta la elevada cumbre llamada Paso del Onso que los ojeadores efectúan pacientes con una lluvia torrencial, arrojando de la maleza un jabalí que descendió acosado y cruza el río sin que los punteros puedan dispararle con eficacia. Todos hemos aguantado en los puntos el furioso aguacero y nos encontramos hechos un esponjado. Tomamos, pues, !a senda de la Casa de la Mina para secarnos.
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Juan Borau de Casa Pedraz citado en la crónica |
Día 9.
Somos despertados por el gran clamoreo de voces que se oye en la
planta baja de la borda donde hemos pernoctado; prestamos atención y
oímos claramente cómo relatan los ojeadores el encuentro del perro
extraviado haciendo de llamada sobre el jabalí al que persiguió,
que estaba muerto por un certero balazo. Estos buenos y valientes
resacadores han aprovechado la pertinaz lluvia que nos retenía
durmiendo o descansando para marchar en busca del perro.
Traen además varias alimañas y dos zorros. A las
nueve de la mañana se nos avisa que almuerzo y cabalgaduras están
dispuestos para marchar hasta el puente Echil (Ysil) ,para
verificar un ojeo en El
Jardín y orilla izquierda del río, pues ha cesado la lluvia y el viento.
Apenas ha comenzado el resaque, en el que ocupamos puestos
elevadísimos, se han oído varios disparos y media hora después ha
comenzado a oírse repetido tiroteo en los puntos altos, que repetido
por el eco, parecía un fuego graneado,fuego que ha sido secundado
por el que suscribe con dos disparos afortunadísimos que le han
proporcionado la deseada satisfacción de ver rodar un jabalí de
unas nueve arrobas. El puntero Sr. Puyol ha cobrado una jabalina muy
grande; la pareja Ubago-Solferino ha cobrado un jabato v un zorro; la
pareja Lapetra-Díaz otro jabalí y un sarrio, y el Sr, Fajardo otro
sarrio. Echamos un trago en celebración de éste último resaque,
quedando satisfechos y como el tiempo nos amenaza, y de seguir
lloviendo criaremos algas en las botas, montamos a caballo para
alcanzar el ferrocarril en Jaca y regresar a Zaragoza... y hasta otro
año.
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Chesos cazando. Fotografía de Ricardo Compairé. |
Y
aquí termina la crónica, fechada el día 10 de enero de 1906 en
Hecho y firmada por el seudónimo Paz. Se acompaña de varias fotos
de un tal Zapata (que parece ser el organizador de la cacería) de muy mala calidad, de las que un par reproduzco en
ésta entrada. Como puede leerse, además de los errores en la
toponimia, la caza se extendió a todo lo que se movía: jabalíes,
sarrios, martas, zorros, liebres….
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