Como ya hemos comentado en varias ocasiones, en los territorios fronterizos, en éste caso en el pirenaico frontera con Francia, eran tradicionales los lazos económicos, sociales e incluso familiares entre los pueblos vecinos de ambos países. Sin embargo, la necesidad de recaudación de los gobiernos establecieron impuestos y aranceles a las mercancías, lo que provocó la aparición del contrabando, siempre perseguido por las autoridades, pero que se convirtió en una actividad económica fundamental sobre todo en períodos de penuria y escasez por desgracia demasiado habituales.
En el año 1659, todavía en guerra contra la vecina Francia desde 1635, la frontera era un territorio aún mucho más hermético y vigilado. Además de las distintas jurisdicciones y autoridades locales y comarcales, era la todopoderosa Santa Inquisición quien ejercía la vigilancia y represión del fraude. El comercio con caballos era uno de los más lucrativos, por la gran demanda existente desde Francia, y también el más perseguido porque dejaba desabastecidos a los ejércitos reales.
En la villa de Echo, el 7 de septiembre de 1659, se levanta acta notarial..."dentro de las cassas de la propia havitación de Yndalecio de Biguet havitante en la dicha villa de Hecho" (ya hemos comentado en otras entradas sobre la diferencia entre habitante y vecino) ante la presencia de l señor Domingo Miguel lugarteniente de Justicia y Juez ordinario de la villa y valle de Hecho presente yo Juan Joseph Lopez notario real y testigos infrascriptos..."
La Inquisición en plena faena |
Continúa el documento...."parecio el señor mossen Francisco López presbitero Racionero de la parrochial de la villa de Ansso y comisario del Santo officio de la Inquisión del presente Reyno de Aragón..." (el comisario del Santo Oficio era el ministro o delegado eclesiástico que el tribunal de la Inquisición tenía en los arciprestazgos y pueblos para desempeñar algunas tareas y, principalmente, para levantar los sumarios de los delitos de que dicho tribunal conocía) el qual como comisario sobredicho ocupaba y ocupo en dicha cassa un caballo de pelo negro, sin señal alguno, de mas de siete palmos de mida, por estar aquí en los confines y para pasarlo al Reyno de franzia contra las disposiciones forales del presente Reyno y casos reserbados al santo officio de la Inquisición.
Tras describir el caballo requisado, sigue...el qual caballo entrego en poder del dicho señor lugarteniente de Justicia y le requirio lo recibiesse en nombre del santo officio de la Inquisición y guardasse aquel hasta que por orden del santo officio o del dicho comisario le fuesse ordenado otra cossa y que en ello y en lo demas que se hofreciesse en el exercicio de su oficio de comisario del santo Officio le requeria y requirio le diesse consejo, favor y ayuda y dicho señor Domingo Miguel lugarteniente sobredicho recivio dicho caballo en su poder y otrogo del apoca(recibo).
Finalmente, prometio dar quenta del siempre y quando le sea pidido por el santo officio de la Inquissicion o dicho comisario y que se hallaba presto a darle consejo, favor y ayuda en aquello que seguún fuero tenía obligación. Exquibus. Fiat large.
Firman como testigos, Juan de larripa y Yndalecio Brun en Hecho havits (habitantes).
Documento citado |
No sabemos qué fue del contrabandista, aunque seguramente no le irían muy bien las cosas. Pero el contrabando continuó a pesar de todo pues es difícil ponerle puertas al campo. A destacar los apellidos de los protagonistas de ésta historia, que siguen teniendo continuidad en Echo. El documento citado está en el Archivo Histórico Provincial de Huesca, y ha sido aportado como es habitual por Javier Regla.
En aquellos lejanos años, gobernaba en España, Felipe IV de la dinastía de los Austrias, y su reinado fue de 44 años. Aunque más bien eran sus validos quienes lo hacían. En el momento de nuestra historia, lo era Luis de Haro que había sustituido tras su muerte al conocido Conde Duque de Olivares.
Felipe IV |
No hay comentarios:
Publicar un comentario