Vicente Ventura y Solana |
De acuerdo con los datos de la revista histórica de genealogía y heráldica de las principales familias aragonesas, "Linajes de Aragón" en su Tomo VII publicada en Huesca en 1916, el primer Ventura que se asentó por matrimonio en Echo, provenía de Longás y se llamaba Mathias Ventura Solana. El 1 de julio de 1732 contraía nupcias con Theresa Pérez de Hecho, hija de Agustín Pérez de Hecho, perteneciente a la famosa saga familiar de notarios, infanzón mayor y caballero de la Orden de Malta. Curiosamente y como era tradición en aquella época, el contrayente Mathias Ventura, ..."para conservar el vínculo de la casa a la que pertenece la dicha Theresa Perez de Hecho, que lleva la condición que su marido haya de llevar el renombre de Perez de Hecho" denominándose a partir de ese momento como Don Mathias Perez de Hecho y Ventura.
La mencionada revista histórica dice también que ..." Los Ventura de Longás, poseyeron en Hecho una magnífica casa-palacio que los franceses, en su invasión, fue la primera que saquearon, incendiándola después. Luego tuvieron que habilitar una de las hermosas dependencias del mismo, que hoy sirve de amplio y cómodo cuartel a la numerosa guarnición de Carabineros que tiene su residencia en dicha villa.".
Es en ésa casa de Echo en la que nació Vicente Ventura Solana y su hermano José . Siguiendo los datos que ofrece Linajes de Aragón... "D. Vicente Ventura y Solana cursó estudios en la antigua Universidad Sertoriana (en Huesca capital) en la que con toda brillantez y solemnidad se graduó de doctor en ambos Derechos, llegando a ser un notable jurisconsulto de gran elocuencia, tanto por la facilidad de su palabra como por la profundidad de su concepciones. Fue sumamente popular y conocido, sobre todo en el Alto Aragón, y cuando se suprimió la Universidad de Huesca, convirtiéndose en Instituto, fue nombrado en abril de 1851 catedrático de Psicología y Lógica, desempeñando dicha cátedra por espacio de cuarenta y un años; ejerció numerosos cargos públicos, siendo en distintas etapas director del Instituto, ya desde 1846, diputado, consejero del Banco de España, presidente de la Diputación provincial, etc. Casó con la distinguida dama Dª Teresa Nasarre, de cuyo ilustre apellido nos ocuparemos en uno de los números próximos de esta Revista. Dª Teresa murió en 1863, y D. Vicente Ventura en 20 de noviembre de 1892..."
Hasta aquí, su esquemática biografía. De su descendencia, en particular de sus nietos, nos ocuparemos más adelante. Ahora añadiremos algunos datos y circunstancias a ésta historia de la vida de éste cheso singular.
Vicente Ventura Solana, obtuvo en la Universidad Sertoriana de Huesca el grado de Bachiller en Filosofía el 1 de junio de 1836 y más tarde el de Bachiller en Derecho Civil. El 10 de julio de 1842 alcanzó el grado de Doctor en Derecho. Por aquél mismo año, publica a menudo artículos en el periódico El Eco de Aragón como corresponsal en Huesca y al parecer pertenece al Partido Liberal Moderado que defendía los derechos dinásticos de Isabel II.
En 1845, la Universidad Sertoriana de Huesca, fue "subrepticiamente eliminada" , encontrando acomodo la mayoría de sus catedráticos en la de Zaragoza, y transformada en Instituto Provincial de Enseñanza Secundaria, siendo nombrado Vicente Ventura, alumno y profesor auxiliar que había sido de la Sertoriana, primer director de forma interina en 1846, siendo sustituido por el catedrático Julián Pérez Muro nombrado por el gobierno en 1847 . A éste le sustituyó de nuevo Vicente Ventura por Real orden del 22 de noviembre en 1851 ya de forma oficial, manteniendo su administración hasta finales de 1862 en que dimitió de su cargo, manteniéndose en el claustro de profesores hasta su jubilación.
Palacio Real, Universidad Sertoriana, más tarde Instituto Provincial y hoy en día Museo de Huesca |
En el año 1847, no sabemos si por su breve condición de "liberal" o si alguno de sus escritos en prensa le molestaron, Vicente Ventura sufrió cierto acoso por parte del Comandante Militar de Huesca (equivalente a Gobernador Militar) a la sazón el sanguinario Brigadier Ramón Anglés, que había reprimido a sangre y fuego y con 17 fusilados el levantamiento esparterista que en 1844 tuvo lugar en los valles de Echo y Ansó (sobre éste levantamiento consultar el siguiente enlace: https://echosinhache.blogspot.com/2019/02/1844-levantamiento-esparterista-en-los.html ). Un escrito publicado el 27 de agosto de 1847 en el periódico El Eco del Comercio de Madrid, así lo relata:
"...Desde que circuló la noticia de la llamada del general Narváez, ha vuelto a ensayarse el sistema del terror, porque han creído los moderados que este era el objeto. Por hoy nos contentaremos con aducir una prueba en corroboración de nuestro aserto, y no tardaremos mucho en denunciar otros excesos. Según las noticias que hemos podido procurarnos, parece que la camarilla que aconseja al comandante general de Huesca, don Ramón Anglés, ayudado de la destreza de un ex-oficial de Cabrera, ha encontrado un medio seguro de persecución contra los inofensivos progresistas de aquella provincia. El nuevo fraguador de conspiraciones supuestas ha creído oportuno en gracia de sus protectores y parientes, delatar una supuesta conspiración denunciando como autor al joven liberal don Vicente Ventura, abogado de prestigio en Huesca y hombre incapaz por su carácter y ocupaciones de combatir en otro terreno que en el de la legalidad. Confiamos en la imparcialidad de los tribunales y en la inocencia del señor don Ventura, que pronto quedarán en el lugar que merecen sus feroces perseguidores.
Suponemos que aquello debió de quedar en nada, pero no deja de ser paradójico que Vicente Ventura, fuera sospechoso de conspirador azuzado en ello el brigadier Anglés por un ex-oficial del dirigente carlista Cabrera y mencionado como liberal , cuando su evolución posterior fue tan conservadoramente ultramontana que incluso acabó militando en las filas del carlismo. El brigadier Ramón Anglés fue al año siguiente, en 1848, ascendido por Isabel II al grado de Mariscal de campo por haber acabado con el levantamiento republicano en la provincia de Huesca encabezado por Manuel Abad, Manolín. Este y doce de los insurrectos fueron fusilados por Anglés, mientras que a 172 se les enviaba a presidios en Filipinas.
Soldados españoles 1848 |
Vicente Ventura continuó su labor como profesor en el Instituto Provincial y es el encargado durante varios años de realizar el discurso de apertura de los cursos, conservándose muchos de ellos . También formó parte de la Junta provincial examinadora que decidía el pase de los alumnos a la enseñanza secundaria , y es aquí donde se cruza su biografía con la del que llegaría a ser Premio Nobel, Santiago Ramón y Cajal.
Lo cuenta el mismo sabio en sus memorias tituladas "Mi infancia y juventud". A punto de ser expulsado de las Escuelas Pías de Jaca por su falta de aplicación y continuas gamberradas, el suspenso que le impediría estudiar la Enseñanza Secundaria, se cernía sobre él: ...El suspenso parecía irremisible. Mas a fin de parar el golpe, si ello era posible, mi progenitor buscó recomendaciones para los catedráticos del Instituto de Huesca, a quienes incumbía la tarea de examinar en Jaca . Precisamente uno de ellos era don Vicente Ventura, gran amigo suyo. Este redentor mío estaba agradecido y obligado a las proezas quirúrgicas de don Justo, por haber sanado a su mujer gravísima dolencia que exigió peligrosa intervención.
Llegado el examen, propusieron los frailes, según era de prever, mi suspensión; pero los profesores de Huesca, apoyados en un criterio equitativo, y recordando que habían sido aprobados alumnos tan pigres (vagos y perezosos, negligentes...) o más que yo, aunque bastante más dóciles, lograron mi indulto".
Instituto Provincial de Secundaria de Huesca |
En las mismas memorias, más adelante como estudiante ya del Instituto Provincial de Secundaria en Huesca en 1864, Ramón y Cajal nos deja un retrato bien detallado de Vicente Ventura: "...Con harto menos provecho, por falta de adecuada disposición mental y por mi repugnancia invencible contra toda clase de dogmatismos, estudié la Psicología, Lógica y Ética. El profesor de ésta asignatura, don Vicente Ventura, era maestro docto y celoso, cuya voz ronca y nasal deslucía un tanto la brillantez de su oratoria. Penetrado de profundo sentimiento religioso (que le impulsaba a postrarse horas enteras en la catedral con los brazos en cruz y el alma en éxtasis) sus palabras traducían la robusta fe del creyente más que la crítica razonada del filósofo. Era ante todo, panegirista de la religión y orador pomposo, de apóstrofes vibrantes de apostólica indignación contra el error materialista y la impiedad protestante. Ferviente admirador de la escolástica, para él no habían existido sino dos grandes genios filosóficos: Aristóteles y Santo Tomás. De vez en cuando, arrastrado por su fogosidad tribunicia, se exaltaba, poniendo como chupa de dómine a Locke, a Condillac, y sobre todo a Rousseau y a Voltaire. Ignorante yo de la vida y milagros de dichos filósofos me dije más de una vez: ¿Qué le habrán hecho estos señores a don Ventura para que les censure tan duramente?. Y fue lo peor que, a fuerza de execrar a los racionalistas, casi nos resultaban simpáticos.
Santiago Ramón y Cajal, joven. |
La referencia a Vicente Ventura en las memorias de Ramón y Cajal finaliza con un incidente que le pudo provocar graves consecuencias en la terminación de sus estudios. Por lo extenso del relato, procuraré resumir lo sucedido. Cuenta Cajal que cierto día de 1868 con el curso avanzado y a punto de celebrarse los exámenes en los que esperaba salir airoso, andaba deambulando cerca de la plaza de Santo Domingo y al divisar una tapia recién revocada y blanca no se le ocurrió otra cosa que con tiza y carboncillo retratar en ella a alguno de sus profesores a tamaño natural y especialmente a don Vicente Ventura... cuyos rasgos fisonómicos, sumamente acentuados, prestábanse admirablemente a la caricatura...tras terminar el dibujo, unos estudiantes que pasaban por allí mismo, al apreciar el parecido comenzaron a apedrear el dibujo y lanzar pullas mientras gritaban ¡Mirad el tuerto Ventura! (aun cuando no hay ningún dato escrito que lo confirme, ésta expresión y la extraña forma que tiene en las fotografías su ojo derecho, podría indicar un problema en el mismo, incluso su falta). La mala suerte hizo que acertara a pasar en aquél momento el mismísimo profesor aludido, que increpó a los estudiantes y les hizo confesar quién había sido el autor del dibujo con la amenaza de denunciarles a la autoridad si no lo confesaban, lo cuál hicieron mencionando que el autor había sido..."...el chico del médico de Ayerbe. Es decir, ¡el hijo de uno de sus amigos más estimados!"
Al día siguiente , don Ventura, fuera de sí arremetió en clase contra Cajal y lo expulsó de clase. De nuevo tuvo que ser su padre quien mediera para conseguir que lo volvieran a admitir en clase, pero relegado al pelotón de los irredimibles. Llegado el día de examinarse y sentado ya en el banquillo, don Ventura, que formaba parte de los examinadores, se inhibió de hacerlo para que el resto del tribunal, según sus propias palabras ..."libres de toda influencia, califiquen como se merezca el alumno más execrable del curso, al que en su furor insano no reparó en mofarse pública e insolentemente de su maestro, exponiendo la honrosa toga del profesorado al escarnio de trúhanes y a la befa del populacho...". Por supuesto y a pesar de contestar de una forma u otra a todas las preguntas, Cajal fue suspendido, lo que provocó un intento de fuga de casa junto a otros compañeros de infortunio, por no enfrentarse a sus padres, que los llevó no más lejos que hasta Vicién , localidad a sólo 12 kilómetros de Huesca que se encontraba en fiestas y tras disfrutar del baile y pasar la noche, el grupo, con la opinión en contra de Cajal, decidió regresar a casa. Santiago Ramón y Cajal, terminó sus estudios de secundaria, comenzó la carrera de medicina y alcanzó en 1906 el Premio Nobel de Medicina en reconocimiento de su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso.
Ramón y Cajal. Autorretrato fotográfico |
José María Sánchez Ventura recibiendo como alcalde a Eva Duarte de Perón en la Puerta del Carmen en su visita a Zaragoza en junio de 1947 junto al Capitán General Juan Bautista Sánchez. |
Interesante como todos tus trabajos. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarGracias Teresa por tu amable opinión y por tu interés.
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