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lunes, 13 de septiembre de 2021

EL VALLE DE ECHO EN 1848. AÑO DE REVOLUCIONES Y LEVANTAMIENTOS.

 

Alegoría de 1848 La Primavera de los Pueblos.


A 1848 se le llamó el Año de las Revoluciones o La Primavera de los Pueblos. Una oleada de levantamientos y sublevaciones liberales recorrió Europa intentando acabar con el absolutismo imperante desde el Congreso de Viena, celebrado tras el final de las Guerras Napoleónicas. Francia, los Estados alemanes, Austria, los Estados italianos, Polonia, Bohemia, Hungría, etc... se vieron sacudidos por  el movimiento revolucionario en el que por primera vez participaba el incipiente movimiento obrero . Las revoluciones fueron duramente reprimidas y aunque no consiguieron sus propósitos quedó claro que no podría mantenerse el Antiguo Régimen sin hacer cambios.

España en 1848 estaba gobernada por el General Ramón María Narváez , "El espadón de Loja" el cual se había alzado en armas en 1843 contra la regencia del general Espartero al que derrotó, marchando éste al exilio . Narváez , hombre fuerte del Partido Moderado, fue designado Presidente del Gobierno por Isabel II de Borbón en 1844 tras alcanzar la mayoría de edad. 

Isabel II
Narváez










La oleada de sublevaciones en Europa en aquél año, tuvo poca influencia en nuestro país, a pesar de varios intentos de levantamiento por parte de las fuerzas progresistas cansadas del gobierno represor y dictatorial de Narváez. Los levantamientos en marzo y en mayo en Madrid, Barcelona y algunos otros puntos (Huesca), fueron duramente reprimidos y cientos de prisioneros fueron deportados desde Cádiz a los penales de las Islas Filipinas. Tan duro fue el trato propiciado a estos penados que solamente en el viaje, fallecieron 94 de ellos. Narváez disolvió también las Cortes durante dos años y suspendió garantías constitucionales.

 El poco efecto de las sublevaciones europeas en España, además de a la dureza y rapidez de actuación del gobierno, pudo deberse también a la falta de compromiso de militares progresistas , argumentos a los que habría que sumar, en mi opinión, el cansancio de una población que tras las penalidades de los 6 años de la Guerra de Independencia (1808-1813) había sufrido una guerra civil, la Primera Guerra Carlista entre las dos dinastías borbónicas , que durante otros 7 años dividió, ensangrentó y empobreció al país. 



En Aragón, tras la férrea represión militar en Zaragoza de todo intento de protesta dirigida por el jefe político José Fernández Enciso (que sería premiado por ello por Narváez nombrándole superintendente de policía de Madrid) e igualmente en Teruel, donde el dirigente progresista Victor Pruneda fue desterrado a Morella, el hecho más relevante vinculado a aquél año 1848 fue el del levantamiento iniciado en las Cinco Villas el 25 de octubre encabezado por el militar oscense Manuel Abad Goded, que tras atravesar con su columna,  Bolea y Ayerbe llegó a tomar la capital de la provincia, Huesca. Esta acción duró muy poco pues al no poder mantener la ciudad ante el despliegue de las fuerzas gubernamentales, salieron de Huesca y se atrincheraron en el castillo de Siétamo. Tras su rendición e incumpliendo lo acordado en ella, Manuel Abad y trece de sus partidarios (designados a sorteo) fueron fusilados en Huesca, y 172 fueron llevados a Valencia desde donde fueron también deportados a Filipinas. 

Manuel Abad, había participado junto con José María Ugarte en el levantamiento a favor de Espartero que se produjo en los Valles de Echo y Ansó en 1844  que fue duramente reprimido por las fuerzas militares al mando del Brigadier Ramón Anglés, que hizo fusilar a 17 paisanos . (Pulsar en éste enlace para tener más información del blog sobre éste hecho: 1844. LEVANTAMIENTO ESPARTERISTA EN ECHO Y ANSÓ ). Abad consiguió a duras penas, escapar a Francia por el Valle de Echo en 1844 y no regresaría hasta 1847 en que fue amnistiado. Ramón Anglés que fue condecorado por su actuación represora en Los Valles, como comandante militar de la provincia de Huesca encabezó igualmente la persecución de Abad en 1848 y tras su derrota y fusilamiento, fue ascendido a Mariscal de Campo. 


Los Valles de Echo y Ansó, de gran tradición liberal, tras los acontecimientos y represión de 1844 y la instalación permanente de fuerzas militares controlando las poblaciones, no tuvieron aparente participación directa en la sublevación de 1848, salvo seis chesos de la localidad de Urdués apresados en Siétamo como miembros de la partida republicana de Abad. Sus nombres eran: Juan Marco, Francisco Samitier, Manuel Leracio, Miguel Manche, Miguel Ramón Ferrando y Martín Iglesias.

También fueron de nuevo Los Valles, por su proximidad a la frontera francesa, los elegidos por Jose María Ugarte, exiliado en Olorón, para introducir  un cargamento de armas británico que debía de recoger Manuel Abad en la Selva de Oza. Tras tres días esperando dicha recogida, por razones que no están claras, Abad no acudió a la cita y Ugarte regresó a Francia con las armas.

Echo. Fotografía de R.Compairé


Sin embargo, la prensa de la época informó de forma contradictoria sobre la participación de Echo y Ansó en la sublevación. Merece la pena repasar las informaciones que fueron publicadas fundamentalmente en los periódicos La España conservador y monárquico y El Clamor Público, de ideología progresista. 

En la página 2 del número 125 del periódico La España de fecha 12 de Septiembre de 1848 se puede leer la siguiente noticia fechada en Zaragoza el 8 de septiembre y firmada por anónimo corresponsal:

Supongo a Vds. enterados al recibo de esta carta del descubrimiento de la conspiración que se tramaba en ésta ciudad, de acuerdo con los revolucionarios de la frontera, y otros adeptos que tienen en los valles de Hecho y Ansó, con el objeto de levantar gente armada en la provincia, y tremolar con su apoyo la bandera de la república. Debian salir en una noche de esta capital hasta 200 hombres, que se reunirían con otros 50 procedentes de diferentes pueblos a las inmediaciones del río Gállego, incorporándoseles además una partida que se proyectaba formar en las inmediaciones de Ayerbe, mientras se levantaba otra en la ribera del Cinca, debiéndose dar el grito de rebelión en el pueblo de la Carbonera, situado entre Santa Olaria y Funes.

Continúa la noticia detallando los caminos por los que debían de moverse los revolucionarios para salir de Zaragoza así como la intervención del ejército y guardia civil para desbaratar sus planes y las detenciones y requisas que hicieron. Finalmente, vuelve a mencionar la participación de Los Valles...



Esta facción debía obrar de acuerdo con una que debía penetrar del vecino reino de Francia por los valles de Hecho y Ansó y con otra carlista (???) que vaga por el Bajo Aragón.

El día 13 de septiembre, en la página 2 del diario El Clamor Público se publica la misma noticia, con el siguiente encabezamiento:

El corresponsal de La España en Zaragoza participa a éste periódico, en la carta que trasladamos a continuación, detalles y pormenores curiosos e interesantes sobre una vasta y tremenda conspiración que supone descubierta por las autoridades de aquella ciudad. Es la primera noticia que tenemos de semejante plan, y como quiera que no nos hablen de él en las comunicaciones que hemos recibido últimamente de Aragón, suspendemos nuestro juicio sobre su falsedad o exactitud hasta que podamos estar mejor informados. 

El 22 de septiembre de 1848 la carta publicada en El Clamor Público haciéndose eco de la noticia dada por el corresponsal de La España, genera la siguiente contestación (literal):

(Nota de la redacción) La carta que dirigió a La España su corresponsal de Zaragoza, refiriendo los pormenores de una conspiración fraguada para sublevar los valles de Hecho y Ansó ha motivado la siguiente contestación.

Huesca, 17 de septiembre

Si no estuviéramos acostumbrados a leer todos los dias las mayores paparruchas en los periódicos que representan el sistema político del bando moderado (el partido del general Narváez, Presidente del Consejo de Ministros), en cuyas columnas se denuncian frecuentemente supuestas conspiraciones con el maligno fin de ridiculizar al noble y virtuoso partido progresista para que se lancen contra todos sus individuos rayos de destrucción y esterminio, nos habría llenado de admiración y de asombro la falsedad con que se espresa el corresponsal de La España en Zaragoza en su carta dirigida a este periodico con fecha 8 del que rige y que El Clamor Público reproduce en el numero correspondiente al 12 del mismo.

Pero como el escribir a La España y demas periódicos de su colo político por varios de sus corresponsales las mas absurdas noticias, y supuestas conjuraciones, es lo mas faborito (sic) de su correspondencia, ninguna extrañeza nos ha causado la lectura de esa carta que no conviene dejar desapercibida; porque en otro caso podria servir de pretesto a la maledicencia para cohonestar sus furiosas demandas de incansable persecucion contra algunos de los pueblos y moradores a quienes calumniosamente se atribuyen planes de trastornos abortados por la vigilancia de las autoridades, segun asegura aquel mal intencionado corresponsal.

Han procedido Vds. señores redactores, con la mayor circunspeccion y tino al suspender su juicio sobre la famosa conspiración que denuncia la carta que Vds. publican en dicho número del Clamor tomada de la España; porque es una grosera calumnia, y la más absurda y maliciosa invencion, el afirmar que en los valles de Hecho y Ansó tenían adeptos los revolucionarios con el objeto de levantar gente armada en la provincia y tremolar con su apoyo la bandera de la República. En los valles de Hecho y Ansó reina el orden más completo, la paz mas octaviana y las mejores disposiciones para mantenerse inalterable la tranquilidad pública; y falta escandalosamente a la verdad el corresponsal de La España en Zaragoza, al atribuir esa complicidad en  proyectos revolucionarios a los referidos valles.



Lo que los chesos y ansotanos desean como liberales verdaderos y amantes del trono constitucional, es un gobierno justo, benéfico, nacional y reparador de los muchos males y agravios que indebidamente se les ha causado por haberse manifestado siempre en favor del tan perseguido partido liberal; desean salir del angustioso estado en que se les quiso colocar, y todavía se les conserva; desean verse emancipados de la tiranía tutelar que pesa sobre aquellos desgraciados moradores desde los acontecimientos del año 44 (ver el enlace mencionado anteriormente. Alude así mismo al hecho de que 4 años después de aquellos sucesos, todavía había un fuerte retén militar aposentado en los pueblos de Los Valles para su control); desean verse restituidos a la plenitud de sus derechos legítimos y garantías constitucionales; desean el triunfo de las ideas y principios del progreso; desean aquellas reformas necesarias en sus exorbitantes tributos, si han de poder alimentar medianamente a sus infelices familias; y desean en fin que llegue el dia de la reparacion y de la justicia para restañar las hondas heridas ocasionadas por la perniciosa influencia de unos pocos malvados hijos del pais sobre quienes pesa y pesará en todo tiempo la grave responsabilidad de los males que aquejan a aquellos desgraciados habitantes. 

Esto es lo que quieren y desean los valles de Hecho y Ansó , y esperan conseguirlo por las vias de la legalidad y del orden, y no por medio de esas supuestas conspiraciones a que alude el corresponsal de La España de quien no tememos asegurar que jamás podrá ponerse en parangon con los valles de Hecho y Ansó en punto a servicios prestados a la causa de la libertad y del trono de Isabel II, y nosotros podemos decirlo sin temor de ser desmentidos, que no solo es una vil impostura la complicidad que el articulista atribuye a los valles de Hecho y Ansó con la soñada conspiración a que se refiere en su carta, sino que en aquellos pueblos no se alterará lo mas minimo el orden público. Esto lo sabe muy bien la autoridad superior política, y conociendo a los chesos y ansotanos les hace mas justicia que el corresponsal de La España, viviendo en la persuasion de que en Hecho y Ansó no hará conmociones populares de ninguna especie.

Sin duda el corresponsal de La España como otros tantos del dia, se habría propuesto forjar en su imaginación los trastornos políticos que denuncia con el fin de congraciarse con el gobierno, a costa de cualquier vejamen que su impostura pudiera ocasionar a los valles de Hecho y Ansó ; y no parece sino que su noticia ha sido inspirada por el mismo curita de Hecho que con el mas piadoso objeto echó a volar una carta semejante a la que combatimos, en el año 44 que fue publicada en el Heraldo, y que el mismo autor de estos renglones tuvo el honor de refutar en El Eco del Comercio con toda oportunidad necesaria para preservar a los valles contra quienes se dirigia, del malísimo efecto que en otro caso hubiese producido aquella. (Se refiere al párroco de Hecho, Felipe Climente que tan lamentable y delator papel tuvo en los acontecimientos de 1844 en Los Valles. Su nefasta participación fue posteriormente premiada con una canonjía en la Catedral de Jaca. Ver el enlace citado de levantamiento esparterista de 1844).

Valiérale mas al corresponsal de La España, escitar el celo y energía de sus patronos para cortar a tiempo el grande vuelo que van tomando los montemolinistas, los cuales estienden sus correrias hasta el escándalo de haber entrado en Benabarre cabeza de partido judicial en esta provincia. (Denominación que se les daba a los carlistas partidarios de Carlos Luis, conde de Montemolín, durante la Segunda Guerra Civil Carlista de 1846-1849 y que intensificaron sus acciones en 1848 aprovechando los conflictos surgidos). Con comunicaciones que tuvieran este objeto prestaria mejores servicios a la causa pública, y no se vería quizá espuesto a recibir tan solemne mentis como nos hemos propuesto darle al escribir esta carta.

Es muy probable que el anónimo autor de ésta larga carta tuviera razón y la aportación en los hechos de 1848 de los chesos y ansotanos, que seguían siendo duramente reprimidos y controlados militarmente desde 1844, se circunscribiera a la de los vecinos de Urdués que participaron en la cabalgada de Manuel Abad y al apoyo a Ugarte para la entrega de armas en la Selva de Oza, pero lo que es indudable es que en las sublevaciones y levantamientos posteriores, tanto en la revolución de 1854 como en 1867 y 1868 los habitantes de los valles de Echo y Ansó tuvieron amplia participación de acuerdo con sus principios de libertad y justicia que los llevaron  a apoyar siempre las causas más progresistas. 












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