Que las tormentas son peligrosas
en campo abierto, es algo sabido; que refugiarse bajo un árbol no es buena idea
porque atraen a los rayos, también. Algo que debieron de olvidar los vecinos de
Siresa que el día 6 de agosto de 1731 en el paraje del Felcar cercano al
pueblo, suponemos que dedicados a faenas propias de la época , o bien se
encontraban descansando o se habían puesto a cubierto bajo un cajigo al
estallar la tormenta cuando un rayo o centella cayó sobre ellos provocando una
gran tragedia.
El documento que comentamos a
continuación, redactado al día siguiente 7 de agosto de 1731 ante el notario de
Echo, Blas Marraco, describe el triste suceso.
Lugar del suceso. Lo Felcar. |
Ante dicho notario comparecen testigos infrascriptos y otras muchas personas y comparece el
alcalde y juez ordinario de la Villa y Valle
de Hecho, Domingo Mange y dice “que
a su noticia avia llegado que en el dia de ayer en la partida del Felcar una centella o rayo avia muerto
a Juan Garces menor y Cathalina Miguel, marido y mujer y a Pedro Larripa, mancebo, todos vecinos
del lugar de Siressa”
En cumplimiento de las
leyes y fueros de Aragón, el juez “mandaba
y mando se fuesse a dicho puerto y registrar lo que hubiesse”. El suceso
debió de conmocionar al valle, y no era para menos, pues sigue el documento
indicando que además del notario, hasta el lugar se llegaron otras muchas personas.
Personados en el lugar de
la catástrofe, continúa el relato describiendo la escena: “debajo un cagico grande se hallaron tendidos y muertos y sin espiritu
de vida los dichos conyuges y Pedro
Larripa por causa de dicha centella o rayo porque aviendose reconocido sus
cadaveres se hallaron quemados y denigrados, y el dicho cagico despedazado
tambien por diferentes partes”, como vieron el alcalde, los testigos y otros
vecinos de lo que da fe el notario.
La tragedia se hizo mayor
al constatar que además de los tres fallecidos, otros tres vecinos habían
resultado gravemente heridos: “y de aver
herido tambien la misma centella a Ignacio
Larripa, Diego Garces y Engracia
Miguel vecinos del mismo lugar de Siressa,
que tambien al tiempo que cayo aquellas se hallaban en compañía de dichos
difuntos debajo del mismo arbol”.
Finalmente, enterado de todo lo sobredicho mandó su
merced se llevaran los cadáveres a Siressa y se les diesse eclesiastica
sepultura, todo en conformidad con los fueros y leyes y mando que se hiciera
acto publico”.
Fueron testigos Juan
Marraco y Bruno Brun, vecinos de
Siressa hallados en la partida del Felcar
Documento citado. Fotografía de J. Regla |
El protocolo se encuentra
en el Archivo Histórico Provincial de Huesca, y como es habitual ha sido
aportado por Javier Regla.
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