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Voluntarios de Aragón. Homenaje en 2009 en el Bicentenario de la Quema de Echo |
Ayer, día 28 de agosto de 2019, 210 aniversario de la quema de la Villa de Echo, invitado por el Ayuntamiento impartí una charla a propósito de los sucesos acontecidos en el Valle durante la Guerra de la Independencia y sobre los personajes que protagonizaron los mismos. Hoy traigo al blog el texto de la conferencia impartida en el año 2013 en el mismo escenario, en el que relataba específicamente la insurrección de los Los Valles y las consecuencias de la misma. En estos seis años transcurridos han aparecido nuevos datos sobre el suceso, algunos de los cuales pude comentar ayer ante una audiencia interesada y paciente que aguantó estoicamente una conferencia que se alargó probablemente demasiado. Mis disculpas por ello. Este texto, más largo que los habituales del blog, puede complementar e informar a quienes estén interesados sobre aquellos lejanos hechos que condicionaron la vida de las gentes de Los Valles durante mucho tiempo. En próximas entradas hablaremos de los personajes.
DIES
AMARA VALDE
La
ruta de la infamia
A
finales de agosto de 1809, una columna compuesta por 2000 soldados
del ejército francés llegada desde Zaragoza, y reforzada por 500 de
la guarnición de Jaca, atacaba el monasterio de San Juan de la Peña,
que servía de base de operaciones a los guerrilleros comandados por
Miguel Sarasa, y en su persecución se internaba por los valles de
Aisa, Aragüés, Hecho y Ansó, dejando a su paso un panorama de
muerte y destrucción, y sumiendo a sus habitantes en el dolor y la
miseria. Esta acción militar escasamente se menciona en los libros
de historia, y como mucho se la cita como los Sucesos del Roncal,
pero para gran parte de los vecinos de aquellos valles supuso la
mayor tragedia de su vida.
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La familia de Carlos IV. Goya. |
En
marzo del año anterior, 1808, la vergonzosa actitud de la monarquía
española, con la dejación de funciones de Carlos IV en manos de su
valido Godoy, y las conspiraciones de su hijo Fernando para conseguir
hacerse con el trono (en diciembre de 1807, Conjura del Escorial),
precipitaron los acontecimientos y facilitaron la intervención de
Napoleón Bonaparte. El motín de Aranjuez, con la deposición de
Godoy y abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII, permitió
su mediación, y en las jornadas de Bayona adonde pusilánimemente
acudieron todos a solicitar la ayuda de Napoleón, como en un
sainete, Fernando devolvió la corona a su padre, quien abdicó a
favor de Napoleón, y éste se la otorgó a su hermano José,
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Jose Napoleón I |
hasta
entonces premiado con la corona de Nápoles, arrebatada a otros
borbones. Carlos IV y Maria Luisa, acompañados por Godoy y por una
generosa asignación económica anual, partieron para un dorado
exilio primero en Marsella y posteriormente en Roma donde fallecerían
en 1819, mientras Fernando VII fue confinado en Valençay, un
castillo palacio propiedad del ministro Talleyrand donde permanecería
hasta 1814.
La
salida hacia Francia del último infante, Francisco de Paula desde el
Palacio Real de Madrid, provocó el levantamiento de los madrileños
y la represión de las tropas imperiales al mando de Murat, dando
comienzo a la guerra del francés, llamada
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2 de mayo en el Cuartel de Monleón |
posteriormente de la
independencia, que asolaría el país a lo largo de seis penosos
años, acabando con la tradicional alianza con Francia comenzada con
el advenimiento de la dinastía borbónica un siglo antes y que
continuó tras el paréntesis de la guerra contra la Convención de
1793 a 1795, (de la que salimos malparados) con el Tratado de San
Ildefonso de 1796 que nos convirtió en aliados de la Francia
revolucionaria hasta los acontecimientos relatados. (Trafalgar,
Guerra contra Inglaterra, Pacto de Fontainebleau contra Portugal)
Tras
la generalización del levantamiento, el ejército francés, la mayor
maquinaria bélica vista hasta entonces en la historia, (4 millones
de soldados movilizados durante las guerras del Imperio, además de
los ejércitos extranjeros añadidos) vencedor de todas las batallas
europeas contra italianos, austríacos, prusianos, rusos, etc.… se
encontró con un país en armas, que no les aceptaba como
libertadores a pesar de traer consigo la modernización de las leyes
e instituciones, dueños exclusivamente de las principales ciudades y
de sólo el terreno que pisaban. Frente a la administración
francesa, se crearon paralelamente las Juntas Provinciales y el
ejército español, obsoleto, débil y poco numeroso fue capaz para
sorpresa de los imperiales de infringirles en Bailén en agosto de
1808, la primera derrota a un ejército napoleónico, lo que motivó
la salida apresurada de José I de Madrid, así como la intervención
directa de Napoleón. (Destino de los 12000 prisioneros: 9000 a
Cabrera y los pontones de Cádiz).
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Bailén. Cuadro de Ferrer Dalmau |
Frente
al poderío militar francés, y las sucesivas derrotas de los
ejércitos españoles, apareció una nueva modalidad de combate, las
guerrillas, formadas por paisanos, restos de los ejércitos,
militares profesionales retirados, a veces incluso bandoleros, que no
mantenían un mando único y actuaban en el terreno que conocían, y
que golpeando las comunicaciones y líneas de suministro de los
franceses, contribuyeron a su inseguridad y al mantenimiento de
tropas y guarniciones que hubieran sido necesarias en otros
escenarios. Pese a la negativa opinión y el menosprecio de algunos
historiadores británicos o el excesivo protagonismo que les otorgan
otros hispanos, su intervención fue importante y mantuvo en jaque a
las tropas francesas. Su número varía según las fuentes, oscilando
entre 35000 y 50000.
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Rendición de Zaragoza |
En
Aragón, tras el primer Sitio a la ciudad de Zaragoza, en el verano
de 1808, que se había convertido en un mito (la derrota de Bailén,
influyó en el abandono de los sitiadores), el segundo en diciembre
de ése año, terminó con la capitulación de la ciudad el 21 de
febrero de 1809 tras dos meses de asedio, muriendo más de 50000
personas (más por hambre, frío y tifus que por efecto directo de
los combates), y quedando desecho el llamado Ejército de Aragón,
compuesto por 45000 hombres, que imprudentemente fue confinado por
Palafox en la ciudad (incluyendo la caballería, inútil en un
sitio), cuando casi doblaba el número de las fuerzas sitiadoras.
Tras
estos episodios, a pesar de la derrota de Zaragoza, el
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General Blake |
levantamiento
siguió en el resto de Aragón, y aún no habían pasado tres meses
cuando un ejército español, al mando del general Joaquín Blake
estuvo a punto de recuperar la ciudad al derrotar por segunda vez a
los imperiales en la batalla de Alcañiz en el mes de mayo que se
replegaron rápidamente. Sin embargo, Blake perdió la oportunidad al
retrasarse en reorganizar sus batallones, lo que permitió que
rehechos los franceses, lo derrotaran el 15 de junio en María de
Huerva, y de nuevo el 18 en Belchite.
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Suchet |
Por
parte francesa, tras la toma de Zaragoza por el mariscal Lannes
(seleccionó las joyas de la Virgen de más valor para robarlas),
éste cedió brevemente la administración al general Junot, siendo
sustituido en abril por el general Suchet,
quien a pesar de su inicial derrota en Alcañiz, inició la
contraofensiva para acabar de rendir las plazas que quedaban y
terminar la insurrección y pacificar la región.
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Felipe Perena |
En
el conjunto del territorio aragonés, las guerrillas y contingentes
militares creados antes de los Sitios para hostigar a los franceses,
se habían visto aumentadas por los restos de las unidades militares
derrotadas, supervivientes de Zaragoza, así como grupos de paisanos
que se incorporaban a las mismas. En Aragón, Felipe Perena
comandante del 2º Bon. de Voluntarios de Huesca, Pedro Villacampa,
militar, comandante del 1º Bon de Voluntarios de Huesca (nacido en
Laguarta, en la Guarguera) que prisionero y enfermo tras los sitios
de Zaragoza sobornó y consiguió escapar en un carro hasta Tortosa
poniéndose a las órdenes de Blake, y junto a ellos Pedrosa, Gayán,
Fray Teobaldo, monje madrileño del monasterio de Piedra( segundo de
Perena), junto al marqués de Lazán, fueron los principales jefes
militares y guerrilleros que mantuvieron en constante jaque a las
fuerzas francesas.
En la Jacetania, Pedro Antón Juánez,
contrabandista de Hecho, fue el primer guerrillero que tomó las
armas contra los franceses en mayo de 1808, en junio de 1809 y
Francisco Sarto, pastor ansotano , levantó en armas una pequeña
partida (murió en 1810 con 14 de los suyos) siendo Miguel
Sarasa el de mayor importancia como luego veremos.
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Javier Mina |
En
la vecina Navarra, será Javier Mina, “el Mozo”, estudiante que
se encontraba en Zaragoza cuando los motines contra Godoy, quien
crearía el Corso Terrestre y aglutinaría la guerrilla desde los
valles pirenaicos hasta la ribera del Ebro, hasta su temprana
detención por los franceses y que será sustituido por su tío el
famoso Francisco Espoz y Mina que se había unido a la guerrilla de
su sobrino tras escapar de la ciudadela de Jaca antes de su entrega y
capitulación a los franceses sin que éstos tuvieran que disparar ni
un solo tiro el 22 de marzo de 1809.
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Mariano Renovales |
Especial
importancia tuvo para la guerrilla y la insurrección en los Valles
Pirenaicos la presencia de Mariano Renovales.
Este militar nacido en las Encartaciones de Vizcaya, se había
distinguido en 1806 en la defensa de Buenos Aires frente a los
ingleses, y en el comienzo de los Sitios se encontraba destinado en
Zaragoza con el grado de teniente coronel de caballería. En los dos
Sitios se distinguió de tal manera por su valor en la defensa de las
puertas de Santa Engracia y Sancho y especialmente en la del Convento
de San José, que fue ascendido por Palafox a coronel y hasta
brigadier. De él decía el general Amorós, por su incansable
actividad, que ni dormía ni dejaba dormir .Junto a él, como
oficiales, se batieron los dos hermanos Francisco y Sebastián
Gambra, hijos de Pedro Vicente Gambra, el ganadero más importante
del Valle del Roncal que se encontraban estudiando en Zaragoza cuando
fue sitiada. Los tres formaron parte de la cuerda de 12000
prisioneros que una vez caída la ciudad no prestaron juramento al
rey José y fueron enviados a Francia (batallones de trabajadores,
desecación de pantanos, etc… muerte diaria de casi 400 presos, por
enfermedad, fusilamientos…). Su hermano Fermín, llega al mismo
tiempo a Zaragoza enviado por su padre para averiguar su destino, y
contagiado de la peste, muere a los pocos días de regresar a Roncal
a dar cuenta. A su paso por Caparroso, un golpe de mano organizado
por pastores roncaleses permite la huída de los dos hermanos, y de
Renovales con ellos.
El
general D’Agoult en distintos escritos a Renovales e incluso el
general Suchet en sus memorias, además de reconocer su valor, le
echan en cara su deshonor al romper su juramento como oficial, de no
escapar. Por cierto que Suchet comenta en las memorias citadas que
fue capturado al tomar en convento de San José, lo que es del todo
inexacto puesto que de dicho convento se retiró de forma apresurada
tras violentísimos combates pero tan ordenada que le dio tiempo
incluso a llevarse las rejas de las ventanas por si pudieran
aprovecharse al retirarse hacia el convento de Santa Mónica, así
como que le habían dejado en libertad bajo palabra en Pamplona,
fugándose faltando a su honor. Renovales contestaba al respecto a
los franceses, que no se sentía obligado a mantener su palabra
cuando ellos la había roto respecto a lo pactado en la capitulación
de Zaragoza (refiriéndose a los saqueos al entrar a la ciudad y a
los asesinatos de Boggiero, Sas y el Barón de Warsage).
Durante
marzo y abril, Renovales se repone en casa de los Gambra del estado
de agotamiento y enfermedad en el que se encontraba, y nada más
reponerse, además de contraer matrimonio con una hermana de los
Gambra, Josefa, comienza a organizar el levantamiento del valle de
Roncal y de los valles vecinos aragoneses de Ansó y Hecho. Durante
el mes de mayo, organiza militarmente a los roncaleses y se coordina
con Sarasa, comenzando a interrumpir las comunicaciones de los
franceses entre Jaca y Pamplona. Decidido a acabar con esta
situación, el gobernador francés de Navarra D’Agoult, envía una
expedición punitiva al mando del jefe de Batallón Puysalis que
fracasa estrepitosamente y es prácticamente aniquilada en Roncal y
Ansó.
El
éxito de Renovales en ésta acción hizo que muchos montañeses se
unieran a la guerrilla.
En
Junio, otra columna, dispuesta a vengar a Puysalis y someter a los
valles de Roncal y de Ansó es enviada desde Pamplona, corriendo la
misma suerte y fracasando ante las fuerzas de Renovales, que es
nombrado “General Jefe Interino de los Montes de Navarra y Aragón” . Lomet, gobernador de Jaca cifra en 6300 hombres las fuerzas que le
acechan frente a sus 1216.
El
10 de Julio, otra columna de 8 compañías al mando del coronel Barón
de Plicque llega hasta Roncal sin ninguna resistencia (Renovales
decidió ocultar a sus hombres) donde se fingió la sumisión, hasta
que Plicque regresó a las Cinco Villas. (En Julio Sarasa casi
aniquila a toda la guarnición de Sangüesa y el 29 llega hasta las
murallas de Jaca logrando recuperar el ganado de su propiedad que los
franceses le han robado después de saquear todas sus propiedades en
Embún como represalia). A primeros de Agosto, una vez retirado
Plicque, la situación para los franceses y en especial para Jaca
volvió a complicarse tremendamente, pues a la amenaza de Renovales
desde Roncal, Sarasa desde el monasterio de San Juan de la Peña que
utiliza como base de sus fuerzas, se sumaba desde Biescas, el
Batallón de Voluntarios de Huesca de Perena, que se sumó en esos
días al de Los Pardos de Pedrosa.
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Guerrillero |
Ya
hemos llegado al fatídico mes de Agosto de 1809. El general Suchet
se ha propuesto pacificar Aragón a cualquier precio y acabar con los
“brigands” (bandoleros) que tienen en estado de insurrección
amplias zonas de Aragón, y muy especialmente las montañas
pirenaicas. Para ello, prepara una serie de acciones militares
coordinadas, encargando al general de división Musnier, el mando de
la columna que asolará Los Valles de la Jacetania. Conocemos el
contexto histórico y bélico. Antes de relatar los hechos que
sucedieron en ése mes, conozcamos a quienes los protagonizaron: por
parte de los patriotas españoles, hemos conocido a Mariano
Renovales. Junto a él, al mando de los Voluntarios de la Canal de
Berdún, Miguel Mariano Ramón Francisco José Sarasa i Lobera
(nacido en Embún el 10 de Septiembre de 1766). Era escribano y uno
de los hacendados más rico del Valle de Hecho. De gran corpulencia
(se dice que pesaba 12 arrobas y su mujer 10), Miguel Sarasa era muy
popular en la comarca, y gran jugador de pelota y barra aragonesa.
Con 27 años participó como subteniente de las milicias creadas en
el Valle en la guerra contra la Convención. Alzado en armas al
comienzo de la Guerra de la Independencia, fue nombrado comandante
del Batallón de Tiradores de la Canal de Berdún actuando en
distintos frentes del Pirineo (nombrado en Noviembre de 1809, Coronel
por el general Palafox).
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Suchet |
En
cuanto a los franceses, ya hemos citado al General Louis-Gabriel
Suchet. Nacido en 1770 en el seno de una próspera familia de
comerciantes de seda en Lyon, Napoleón lo tenía en gran estima.
Había llegado en 1808 para colaborar en el I Sitio de Zaragoza. En
la primavera de 1809 fue nombrado general del III Cuerpo de Ejército
(que luego sería el Ejército de Aragón y Cataluña).No siendo un
militar profesional, venía curtido en distintas campañas en Suiza,
Italia, Polonia y Alemania. Estaba casado con Honorine Clary, sobrina
por parte de su mujer, del rey José I. Se hizo cargo de la
administración de Aragón desde Abril de 1809, y fue el único
general bonapartista que estuvo en España los seis años que duró
el conflicto. Se esforzó por “pacificar” la región, y combatió
a las guerrillas con columnas móviles y guarniciones fortificadas en
las distintas poblaciones, teniendo un relativo éxito.
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General de división francés. |
El comandante
que puso al frente de la columna que entró en Los Valles, era el
Luis François Felix Musnier de la Converserie, nacido (como Sarasa)
en el año 1766, en Longueville, Pas de Calais, era un militar
profesional que fue ascendiendo a general de división participando
en numerosas campañas desde 1782 en el que con el grado de
subteniente entra en el 3er Regimiento de Infantería de Piamonte,
y entra en España en noviembre de 1807, participando en los Sitios
de Zaragoza.
Para
seguir la ruta que llevaron las tropas francesas, tanto los trabajos
de Luis Sorando y Ramón Guirao (El Altoaragón durante la guerra de
la Independencia) como Alberto Gil Novales, y los historiadores
anteriores, han utilizado el informe que el general Mariano
Renovales, hizo de su puño y letra relatando los acontecimientos,
así como las Gazetas de la época (patriota y afrancesada) en la que
vinieron explicados los acontecimientos. Sarramón, historiador
francés, utiliza las mismas fuentes. En el año 2009, en la
conmemoración del bicentenario de la quema de Hecho, gracias al
trabajo y colaboración de Felipe García Dueñas, archivero del
archivo de la diócesis de Jaca, pudimos completar datos específicos
sobre lo sucedido, con las informaciones de los libros parroquiales.
Esta impagable colaboración ha continuado estos años, y lo que
relataremos a continuación incorpora el fruto de ésa impagable
ayuda. Desde aquí nuestro agradecimiento a Felipe García Dueñas.
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Ruta de la Insurreción de los Valles |
Las
tropas imperiales, desarrollan un operativo militar coordinado que ,
además de llevar suministros a Jaca, y vengar lo sucedido con la
columna de Puysalis, desaloje a los guerrilleros de sus bases en San
Juan de la Peña y en el Roncal, y someta pueblo a pueblo a todos los
valles insurreccionados. Para ello, el día 18
de agosto, envía desde Zaragoza a Jaca (sin saber que Lapeyrollerie
ha desalojado a Perena de Canfranc y empujado hasta Sallent ), al
general Musnier con una fuerte columna compuesta por 1800 infantes de
tres batallones de élite de los Regimientos 5º de infantería
ligera, y 115º y 117º de Infantería de Línea, 250 jinetes, 2
piezas de artillería y 2 cañones de montaña (carta de Suchet al
ministro de la guerra del 8/9/1809 del AHG C8/30 citada por Sorando y
Guirao pág. 111). Faustino Casamayor, cronista de la ciudad de
Zaragoza, en su diario de agosto de 1809, escribe: día 19
Salieron más de 1500 entre franceses y polacos (serían los
jinetes, de la Legión del Vístula), con artillería, para el
castillo de Jaca, y con ellos el general de división Musnier……..
Sin embargo, Suchet en sus Memorias, menciona al Rgto. 5º ligero
y al 115º pero omite al 117º y menciona al 64º que es un
regimiento que trae consigo de Valladolid al hacerse cargo de la
administración de Aragón y que junto con el 40º utiliza como
reserva.
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Artilleros franceses |
Estos Regimientos, de no muy antigua creación, (el 115º y
el 117º formados en 1807 para servir en España con la fusión de
otros regimientos) habían participado sin embargo en los Sitios de
Zaragoza, y anteriormente en Madrid, Las Cabreras, y las batallas de
Tudela, María y Belchite. La ruta que por etapas van a llevar hasta
Jaca, era la habitual en la época, y era
Zaragoza-Villanueva-Zuera-Gurrea-Marracos-Biscarrués-Ayerbe-Murillo
de Gállego- Anzánigo - Bernués- Jaca.
El
día 23 llega la columna a
Ayerbe, y es hostigada desde las cuatro de la tarde en su camino
hasta Jaca donde llegan bien entrada la noche, por las fuerzas de
Miguel Sarasa y sus aproximadamente 600 hombres que aunque no los
detienen les hacen varias bajas. Aun les dará tiempo a los franceses
a parar en Yeste, saquear la iglesia y vejar al párroco al que
desnudan y sacuden boca abajo en busca de monedas tal como relata el
párroco de La Peña.
El
día 24 mientras Musnier descansa
a sus tropas y prepara el operativo, se produce un suceso, cuyas
confusas interpretaciones por unos y otros no consiguen aclararlo. La
banda de música del 115º Rgto francés (30 hombres), que va por
detrás de la columna principal, protegidos por 40 soldados del Rgto
121 de Línea, son sorprendidos en Bernués por los hombres de
Sarasa, y tras un tiroteo en el que mueren 7 de ellos, son capturados
los 63 restantes que fueron enviados prisioneros con escolta a
Lérida. En el camino, intentaron sublevarse y el oficial al mando de
la escolta hizo matar a todos menos a 8 que sí llegaron a su
destino. Así lo relatará Sarasa a Lomet gobernador de Jaca, en un
escrito que se publica en la Gazeta patriótica en 1809. El mariscal
Suchet, de nuevo desmemoriado, en sus Memorias cita éste episodio
como anterior al envío de la columna, y uno de los motivos para
hacerlo. También Renovales en su informe, cita a los 63 franceses
como capturados por Sarasa en el combate posterior del día 25 cuando
los franceses atacan el monasterio de San Juan de la Peña. De todo
ello, parece que es la primera versión la real, y desconocemos el
porqué de las otras.
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Monasterios Nuevo y Viejo. San Juan de la Peña |
El
día 25 la columna francesa de
Musnier sale de la Ciudadela de Jaca reforzada
con 2 Compañías de Cazadores de L’ Ariége dispuestos a acabar
con la base de Sarasa en San Juan de la Peña,
al que atacan divididos en tres columnas, obligando a los
guerrilleros a abandonar el monasterio alto, al que pegan fuego tras
el combate. Al mismo tiempo, otra columna de 1200 al mando de
Lapeyrollerie sale de Jaca en dirección a Biescas para acabar con
Perena e impedir la ayuda a Sarasa y Renovales, y el baron de
Plicque, desde Sos se dirige igualmente con otra columna hacia el
valle del Roncal, donde entrará tras tomar el 27 la localidad de
Salvatierra. Musnier, desconocemos si por Santa Cruz de la Serós, o
por Binacua por no existir constancia del paso.
La persecución hacia
el Valle de Hecho sí sabemos que se hace tras atravesar el Puente
de Santa Cilia (el actual de Puente la Reina no fue construido
hasta 1880) no sin antes saquear la Iglesia de Santa
Cilia, (El único testimonio del paso de las tropas
francesas por Santa Cilia está en un Acta de Visita, en el f. 17, de
Joaquin Guzman, canónigo de Jaca "sede vacante" por
traslado del obispo de Jaca a la diócesis de Segorve: fechada el 28
julio 1815 item 3º . "Por cuanto hemos hallado mui pobre de
ornamentos y vasos sagrados la Ygla. y sacristía de esta
Parroqa por el saqueo notorio que hicieron las tropas
Francesas...."en una nota a pie de página del libro de Difuntos
, en el f. 36 v. se dice; "El dia 26 de Agosto de
1809 fue quemado el Monasterio de Sn. Juan de la peña por el General
de division de las Tropas Francesas Musnier: dies
amara valde.y al margen de esta hoja,hay una nota
en que dice: " En 26 de este mes (agosto) y año (1809) murió
Manuel Cinca soltero natural de Caspe, Maestro Boticario que era de
Sn.San Juan de la Peña: y se enterro en este cementerio.")
De
nuevo encontramos discrepancias entre los distintos informes.
Renovales dice que el 24 salieron de Jaca, y el 25 atacaron Embún.
Siguiendo el relato inicial, el día 26
tras cruzar por Santa Cilia se dirigieron a Embún, pasando por
Somanés y Javierregay
(quedando constancia en el Libro de Visita de Javierregay con fecha
21 de junio de 1815 del expolio sufrido al paso de las tropas
francesas, y el 11 de julio de 1813 en el de Primicias de Somanés,
los datos sobre el robo cometido por las tropas francesas a su paso).
Tras atravesar el río Aragón Subordán por el puente
de Javierregay subieron hacia Embún,
encontrando resistencia (a la que se refiere Renovales, 350 hombres
-100 de Ansó, 100 de Hecho y 150 del Batallón de Perena al mando
del Teniente Coronel retirado Alonso Escobedo, natural de Embún),
en el convento de los padres mercedarios de
Nuestra Señora del Pilar (según menciona la Gaceta de
Madrid, afrancesada, en su número 273 del 29/9/1809) y durante los
combates le pegaron fuego. Parece ser que el incendio fue parcial o
pudo ser contenido, pues aun en condiciones precarias, los
mercedarios continuaron ocupándolo hasta la desamortización de
1835.
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Monasterio mercedario de Nuestra Señora del Pilar |
El
día 27 la columna francesa se
dirige desde Embún hacia Hecho por el Valle de
Aísa (lo menciona Renovales en su informe). En los libros
parroquiales de Sinués, Esposa y Aísa, no figura ningún dato con
confirme su paso, pero sí en el de Visitas de la parroquia de
Lastiesas Bajas (Visitador,
en julio de 1815, en el Acta de Visita dice: que utilicen los
ingresos..."pa acudir a la neces(ida)d que tiene la Yg(lesi)a y
sacristía de sus ornamentos y vasos sagrados por el saqueo que
hicieron las tropas francesas...."), por lo que es evidente que
su paso lo hicieron por dicho Valle en su objetivo de reprimir toda
oposición, al tiempo que se mantenían sobre el terreno, como
veremos a continuación.
El
día 28
la columna de
Musnier, llega a Jasa,
como nos relata el párroco del pueblo, Ramón Gil, en una crónica
interesantísima de lo que sucedió aquél día, y que leemos a
continuación: El día veintiocho de Agosto del año mil
ochocientos y nueve, día de San Agustín, llegó muy por la mañana
en este pueblo 2 mil soldados franceses, y el señor General descansó
un rato en ésta abadía y escribió a la Justicia y Ayuntamiento de
Hecho para que se tranquilizasen y les dispusiesen raciones, pero la
avanzada francesa no dejó pasar al propio, y se le devolvió el
oficio a tiempo que ya las avanzadas de Hecho hacían fuego a la de
los franceses en la sierra de Urdúes, y resultó que una porción de
tropa de los últimos franceses entró en Aragüés
y saquearon algunas casas con la Abadía y
rompieron las puertas de la Iglesia y
sacristía, se llevaron de ella algunas alhajas, arrojaron las
santísimas formas del copón y se llevaron el copón, me hallé a
recoger las sagradas formas, lo que no puedo decir ni escribir sin
llenarme de indignación. Pasaron a Urdúes y de allí a Hecho y
quemaron otros pueblos e Iglesias llenando esta montaña de terror y
espanto. Ramón Gil Bretón.
Esta crónica tan detallada, nos da numerosas pistas de la actuación militar, de la forma en que se suministraban y en el saqueo que hacían las retaguardias pobladas de verdaderos delincuentes. También comprobamos que el cura de Aragüés debía de haberse
escondido pues no refleja los hechos en sus libros y es el bueno de
don Ramón Gil quien recoge el estropicio. (Sí aparece en los gastos
del de Primicias de 1809, por reparo de los destrozos cuando pasó
la tropa, y en el de visitas de 24/10/1814 mención a los objetos
robados).
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Urdués |
El
mismo día 28, tras el tiroteo en la sierra de Urdúes,
entraron en el pueblo, y como era su costumbre en aquellos lugares
donde se les ofrecía resistencia, quemaron la Iglesia y la mayor
parte del lugar como nos relata detalladamente el vicario Juan
Ansó, y la casa que habitaba el cura, que es la Casa de Cabalero,
haciendo un exhaustivo inventario de lo sustraído a la iglesia. En
el libro de D. Rafael Leante de 1889, sobre los Santuarios, ermitas e
iglesias consagrados a la Virgen en el Obispado de Jaca, se menciona
que la ermita de Catarecha fue saqueada por los franceses, pero no
tenemos ninguna confirmación del hecho, por cuanto el vicario que
tan prolijamente menciona todos los objetos sustraídos o destruidos,
no hace ninguna referencia a dicha ermita.
Tras
el incendio y saqueo de Urdúes, la columna se encaminó a Hecho,
dirigida la defensa por Juan Rafael Marraco y Alonso Escobedo, tras
una dura resistencia, ocuparon la villa incendiando sus dos terceras
partes (un total de 137 casas además de la iglesia
de San Martín, según carta del Ayuntamiento de Hecho de
1818). Siete vecinos fueron asesinados (entre ellos el prebístero de
la iglesia y un vecino, viudo, de origen francés). Días después,
el 2 de Septiembre, a manos de un grupo de afrancesados liderados por
Domingo Brun “Chandon” y Gerónimo Rocatallada, fueron asesinados
Juan Rafael Marraco y Alonso Escobedo junto a sus esposas (la de
Escobedo hermana de Marraco) y otros dos hermanos del primero (uno de
ellos Juan Miguel Marraco, presbítero del Pilar que había sido
miembro de la Junta de Defensa de Zaragoza durante los Sitios).
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Ansó. |
El
29, tras el saqueo de los restos
de Hecho, prosiguieron su avance y al paso por Siresa,
quemaron parte del pueblo, incluida la ermita de Nuestra
Señora del Pueyo, tras saquearla, así como el Altar
retablo mayor de la iglesia de San Pedro, la
sacristía y el archivo, llegando al amanecer ante la villa de Ansó
defendida por 50 jóvenes del lugar, dirigidos por Juan
Blas Gastón y Fermín Ornat que consiguieron mantenerlos a raya
durante cuatro horas. Furioso, entraron al degüello en el pueblo, y
al no encontrar a ninguno de los defensores, ni habitantes, quemaron
12 casas, asesinando a 10 viejos imposibilitados e inválidos que
habían quedado.
Están reflejados estos hechos en el folio 472 del
Libro de difuntos de la parroquia. Durante los cuatro días en que
quedó un destacamento, registraron los montes, encontrando las
alhajas y joyas de la iglesia que los vecinos habían escondido, así
como las ropas y objetos de valor. El grueso de la tropa continuó su
avance para coordinados con las otras columnas impedir el escape de
los roncaleses y resto de guerrilleros que se habían replegado, y
llegaron hasta Garde, donde se enteraron de la capitulación de
aquellos al tener noticia de la llegada de nuevas columnas francesas
por Ochagavía y Olorón, no sin antes saquear y quemar la ermita de
la Virgen de Puyeta en Ansó.
Musnier regresa victorioso a Jaca el día 30 con el ganado y armas
que ha requisado, y el 9 de Septiembre, se encuentra de nuevo en
Zaragoza.
Resultado
de la expedición: Pueblos quemados, ganados robados, asesinato de
civiles, saqueo de pueblos, iglesias y casas y la ruina e indigencia
de muchos de sus habitantes. Destrucción del monasterio Alto de San
Juan de la Peña y saqueo del Viejo (en enero de 1810 Chandón
localiza el tesoro). Militarmente: (Capitulación del valle del
Roncal. Primera capitulación en el conflicto. Entregaron ganados y
rehenes, fusiles (viejos) y se retiraron los guerrilleros del valle
aceptando la sumisión a los franceses). En el Valle de Hecho, Sarasa
se retiró con sus hombres al valle del Cinca (dos meses después,
volvía a la Jacetania y proseguía sus acciones también por la
Canal de Berdún y las Cinco Villas).
Cifras.
Como siempre, discrepantes. Los franceses reconocen en sus datos 8
muertos y 28 heridos, entre estos sólo un oficial, el teniente
Darnaud del 2º de Ariége, herido en el combate de Hecho. No dan
cifras sobre el enemigo. Los guerrilleros cifran los muertos
franceses sólo en Ansó en más de 100. (¿)
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Asedio de Lérida por Suchet |
El
general Suchet, siguió su exitosa carrera militar hasta su salida de
España, y desde Zaragoza, siguiendo el corredor del Ebro, conquistó
Lérida, Mequinenza, Tortosa, Tarragona (su conquista le supuso el
ascenso a mariscal del Imperio), Sagunto, Valencia y Peñíscola,
entre otros lugares, no conociendo más que dos derrotas, la de
Alcañiz y en 1810 en Valencia antes de sitiarla y conquistarla
definitivamente, pero usando siempre Aragón como centro de
operaciones. Sus tropas fueron las últimas en abandonar el país,
por Cataluña. Al enterarse de la abdicación del emperador Napoleón,
ofreció sus servicios a la repuesta monarquía de Luis XVIII que le
recompensó con la Orden de San Luis. Durante los cien días de
Napoleón tras huir de Elba volvió a ponerse a sus órdenes y
dirigió el Ejército de los Alpes. Con la restauración le quitaron
los honores y se retiró de la vida pública muriendo en 1826 cerca
de Marsella siendo enterrado en París en el cementerio de
Père-Lachaise (el mismo en el que está enterrado Manuel Godoy).
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Musnier en el Arco de Triunfo |
En
cuanto a Musnier, su brazo ejecutor, tampoco le irían demasiado mal
las cosas. Pelea en todas las campañas organizadas por Suchet, y
dirige la toma de Mequinenza, acción por la que el emperador le
concederá el título de conde. Combate en Flix, Maella, Manises,
Valencia, hasta que en abril de 1813, con su salud quebrantada,
solicita un permiso para reponerse volviendo a Francia, donde se
ocupa de la inspección de las plazas fuerte, y es destinado en
diciembre a Ginebra. Tras la definitiva derrota de Napoleón, se
adhiere a la causa de Luis XVIII que lo hace caballero de la orden de
San Luis en junio de 1815. vivió en París hasta su muerte en
noviembre de 1837, siendo enterrado en el cementerio de Montmartre.
Su nombre está inscrito en el Arco de Triunfo.
Respecto
a nuestros guerrilleros, Miguel Sarasa, continuó hostigando a las
tropas imperiales sin descanso por todo el Altoaragón. Estuvo en el
sitio de Mequinenza y en el de Tarragona, donde fue herido, así como
en el de Peñíscola. En 1812 fue designado Comandante General de la
Izquierda del Ebro, nombrado gobernador de la Seo de Urgel en 1813 y
en años sucesivos agregado a distintas unidades militares,
continuando la carrera militar al terminar la guerra de la Independencia. En 1823, según algún autor, residía con su mujer en Almudévar falleciendo
en 1824. Pero no consta en los Libros de Difuntos de la localidad. Se desconoce su lugar de enterramiento.
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Renovales. Estampa de 1908 |
Y
finalmente, el que salió peor parado: el general Mariano Renovales:
tras la capitulación del Roncal, se retiró hacia la ribera del
cinca, y desde allí, emprendió viaje a Cádiz, último reducto del
país, donde fue recibido como un héroe y promovido a mariscal de
campo por la Junta Central con antigüedad desde 9 de marzo de 1809.
Tanta adulación recibida parece que le nubló el juicio, y escribió
una proclama llena de desatinos y caricaturas sobre el rey José I
que mermó la estima de muchas gentes. Alcalá Galiano en sus
memorias lo califica de hombre de arrojo, gran presunción, pocas
letras y tal cual entendimiento. Participó en el descabellado
plan para rescatar a Fernando VII que produjo la muerte del marqués
de Ayerbe, así como en la fallida expedición marítima que con 1200
infantes y 800 ingleses zarpó de Cádiz a La Coruña y de allí a
Cantabria. (Cañoneó Gijón sin necesidad, perdió dos barcos, y
finalmente desembarcó y se adentró hasta Potes donde estableció
una especie de virreinato. En 1812 mandaba fuerzas en Vizcaya bajo el
mando del general Mendizábal con quienes los desencuentros fueron
constantes. En 1813 tras un enfrentamiento con Mendizábal, fue al
encuentro de Wellington con objeto de plantear sus quejas cuando fue
herido y hecho prisionero por los franceses. Conducido a Normandía y
a distintos puestos, no dejó de ocasionar problemas a los franceses
alcanzando la categoría de prisionero de estado.
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Lapida dedica a Renovales |
Terminada la guerra
se involucra en la “conspiración del Triángulo” para asesinar a
Fernando VII y en varios intentos de levantamiento liberal contra el
absolutismo en el país Vasco que le ocasionarán la pérdida de
honores y grados, debiendo exiliarse a Londres (como tuvieron que
hacer tantos de aquellos que pelearon por su Deseado Rey). Desde allí
organizó, con apoyo inglés, una conspiración para apoyar a los
independentistas venezolanos (llegando a cartearse con Bolívar).
Enterado en Nueva Orleans del pronunciamiento liberal de Riego
embarcó rápidamente para la península, pero el 15 de mayo de 1820
al recabar en La Habana, donde pidió desembarcar, fue conducido
preso y enfermo al castillo de la Cabaña donde murió el 21 de mayo.
Una lápida lo recuerda hoy en su localidad natal, así como un paseo
junto al Parque Grande en la ciudad de Zaragoza.
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