Desde este blog se pretende difundir la historia, el arte, la cultura y la naturaleza de la villa y del valle de Echo, uno de los enclaves pirenaicos de Aragón, más hermosos y dinámicos. Su pasado, presente y futuro merecen la pena conocerse y compartirse. Con mi admiración , cariño y la mayor modestia.

sábado, 14 de diciembre de 2024

AÑO 1623. EL NOTARIO AGUSTÍN PEREZ CERTIFICA SOBRE EL CONTENIDO DEL LIBRO DE LA TABLA DEL GENERAL DE LA VILLA DE ECHO

 


El documento a comentar en ésta ocasión en el blog, es muy breve, pero tiene una gran importancia por cuanto se mencionan en él temas e instituciones de un mucho interés en la historia de Aragón y por tanto también en la de la Villa de Echo. 

Está fechado el 15 de octubre de 1623 y dice así: 

"Eadem die et loco (fórmula que indicaba En la misma fecha y lugar) que yo el notario real y administrador de la tabla del general  de la presente villa de Echo hago ffe y relacion que en cumplimiento de lo que el señor don Agustín de Gurrea y Castro , bayle general del presente Reyno de Aragón me dize y ordena por carta de onze del presente mes de octubre y año arriba recitados y calendados he visto y con particular cuydado reconozido los libros del general  y assi digo y certiffico que de tres años a esta parte que a mi cargo está la administración de dicha tabla no sea en ella manifestado por persona alguna para sacar del presente Reyno al de francia ni otra parte, alcohol, plata, oro ni otro metal alguno lo qual digo ser assi verdad como de parte de arriba se dize y dello doy ffe y verdadero testimonio y porque dello en todo tiempo conste hize la presente en Echo los dichos dias, mes año y lugar arriba citados y calendados. Large"

Testes (testigos) el licenciado Agustín de Alguetta y Perez presbítero y Juan Garzés , Echo habits (habitantes en Echo).

Documento citado. Fotografía de Javier Regla


Para empezar, es interesante comentar que el libro de la tabla del general era un libro  donde figuraban los derechos (impuestos) que se pagaban por entrar los productos alimenticios y comerciales en las poblaciones. Pero también figuraban en los mismos los impuestos de salida lo que en poblaciones fronterizas venía a ser la organización aragonesa de la aduana, ya que la aduana al estilo del sistema de Castilla no se implantaría en Aragón hasta principios del siglo XVIII. Las tablas venían a ser pues, una especie de oficinas fronterizas donde se cobraban los impuestos. 


Agustín Pérez de Echo, pertenecía a una de las familias más importantes del Valle y formaba parte de una saga familiar de famosos notarios. En el documento, menciona que es el administrador del libro de la tabla del general, o sea el tablagero que vendría a ser un tesorero que controlaba específicamente ingresos que correspondían a la Corona los cuales recaudaba para el Bayle General o sus arrendadores. Y deja clara su antigüedad en el cargo: tres años. Al igual que en Navarra, el tablagero  tenía que ser natural del reino y no podía ser escribano de los juzgados 


Notario del siglo XVII



En cuanto al Bayle, a pesar de que se menciona siempre como una institución de origen catalán, la verdad es que en Aragón se documenta desde el siglo XII e incluso en fechas anteriores. El historiador Antonio Ubieto, ya lo cita apareciendo en el testamento del rey Ramiro I de Aragón del año 1059.

El Bayle general era el funcionario de la casa del rey encargado de la administración de los impuestos de exclusiva titularidad regia en territorio aragonés. Para ello recaudaba peajes, derechos de explotación de minas y tierras reales, multas y sucesiones en nombre del rey y era juez en todos los temas relacionados con tales derechos.

Agustín de Gurrea y Eril Castro, ejerció como Bayle general de Aragón desde el 22 de mayo de 1618 hasta el 2 de septiembre de 1633 en que lo sustituyó su hijo, del mismo nombre, del mismo modo que él había sustituido en el mismo cargo a su padre Francisco Luis de Gurrea y Castro que también ejerció el puesto de gobernador del Reino de Aragón. Varios descendientes continuaron la tradición familiar y sirvieron como Bayles a la Corona. En Zaragoza, todavía se encuentra en pie en la calle General Palafox 13, el edificio que fuera la residencia de la familia Gurrea de Castro. 

Palacio de los Gurrea en Zaragoza

Agustín Pérez hace hincapié en los productos sobre los que no hay constancia de su salida: alcohol, plata y oro. Hay que recordar respecto a los metales preciosos que la economía de la corona se basaba muy especialmente en las remesas de esos metales preciosos que se traían de las colonias de América, y que si bien todas las minas de oro y plata inicialmente se consideraban propiedad de los reyes, desde 1525 ya se permitía la explotación de las minas reservándose la corona el llamado "quinto real" o "quinto del rey" el 20% de todos los metales que se produjeran.

En 1623, fecha del documento, ya reinaba en España desde 1621 , Felipe IV de la Casa de Austria, que lo haría durante 44 años y 170 días. En aquellos primeros años de su reinado, la economía del país se veía resentida, en primer lugar por el impacto que tuvo la expulsión de los llamados moriscos en la década anterior por parte de su padre el indolente y ludópata rey Felipe III. Unos 325.000 moriscos fueron expulsados de España, de una población de unos 8.5 millones de habitantes. En Aragón supusieron el 20% de la población. Y por otro lado por la política monetaria que para beneficio de la corona iba devaluando el real de vellón, la moneda de uso principal a la que se iba recortando el porcentaje de cobre y sobre todo de plata, mientras se mantenía su mismo valor. La plata y el oro comenzaban a escasear o al menos a verse reducidos sus envíos por la sobreexplotación de las minas en América y de ahí la importancia que los administradores reales dieron a evitar la salida y contrabando de esos metales preciosos. 

Contrabandistas en el Pirineo en el siglo XVII. Imagen creada por IA


El documento se encuentra en el Archivo Histórico Provincial de Huesca y fue localizado y aportado por mi amigo Javier Regla de Embún. 




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