Desde este blog se pretende difundir la historia, el arte, la cultura y la naturaleza de la villa y del valle de Echo, uno de los enclaves pirenaicos de Aragón, más hermosos y dinámicos. Su pasado, presente y futuro merecen la pena conocerse y compartirse. Con mi admiración , cariño y la mayor modestia.

jueves, 28 de agosto de 2014

28 DE AGOSTO DE 1809: LAS TROPAS NAPOLEONICAS QUEMAN LA VILLA DE ECHO




Voluntarios de Aragón en la recreación del 200 aniversario de la quema de Echo



Tal día como hoy, hace 205 años, una columna compuesta por tres batallones de  élite ,1800 soldados franceses , de los regimientos 5º de infantería ligera, 115º y 117º de infantería de línea, 250 jinetes polacos de la legión Vístula, 2 piezas de artillería de campaña y dos cañones de montaña, reforzados por 500 soldados de Jaca de Cazadores de L'Ariege, dirigidos por el veterano general Louis François Félix Musnier de La Converserie, tras un duro combate con los paisanos y guerrilleros que les hicieron frente, arrasaron Echo, quemando 2/3 partes del pueblo (137 casas además de la Iglesia de San Martin).



Mariano Renovales
Tras la caída de Zaragoza el 21 de febrero de 1809, y la toma de Jaca por los franceses, en marzo de 1809 ( sin disparar ni un sólo tiro), Miguel Sarasa, un rico hacendado de Embún que había participado en el Primer Sitio de Zaragoza, se puso al frente de una numerosa partida de guerrilleros chesos y ansotanos que acosó al ejército francés, dificultando sus comunicaciones y abastecimiento.

La llegada del teniente coronel Mariano Renovales, escapado de la cuerda de presos que desde Zaragoza eran enviados a Francia, impulsó enormemente la actividad guerrillera de los insurgentes navarros, coordinando sus acciones con la guerrilla de Miguel Sarasa.

Suchet
El general Suchet, virrey de facto de Aragón, decidió terminar de una vez con la actividad de los guerrilleros altoaragoneses, para lo que se preparó una acción conjunta y combinada. Tres columnas fuertemente armadas se dirigieron, la primera, comandada por el coronel baron de Plicque, hacia Roncal por Salvatierra, la segunda, desde Jaca, dirigida por Lapeyrollerie, desalojó a los guerrilleros de Perena de Canfranc y los persiguió hasta Biescas. La tercera, al mando de Musnier, que había salido el día 19 de agosto de Zaragoza, salió el 25 de Jaca, con el objetivo de desalojar a la guerrilla de Sarasa de su base en el monasterio de San Juan de la Peña,

Convento de Embún
Esta columna, tras incendiar el monasterio Nuevo y conseguir su objetivo de desalojar a los guerrilleros (unos 600), los fue persiguiendo en distintas jornadas por Santa Cilia, Somanés, Javierregay, Embún (donde pegó fuego al convento de los mercedarios de Nuestra Sra del Pilar desde el que les hicieron frente), desde donde pasaron al valle de Aisa por Lastiesas, presentándose en Jasa al amanecer del día 28, continuando por Aragüés del Puerto hasta Urdués, pueblo en el que entraron tras duros combates en la sierra, pegando fuego a la iglesia y a la mayor parte del lugar, siguiendo su camino de destrucción hasta Echo.

Echo, defendido por un grupo de paisanos comandados por Juan Rafael Marraco, y Alonso Escobedo aún resistió duramente, pero fué ocupado y quemado en sus 2/3 partes, así como asesinados 7 vecinos, a los que se les sumarían Marraco y Escobedo, con sus esposas y otros dos hermanos Marraco unos días después (asesinados por Domingo Brun "Chandón" y otros afrancesados).

Tras éste episodio, saquearon el monasterio de Siresa y quemaron la ermita de Nuestra Sra del Pueyo, presentándose el día 29 ante Ansó, defendido por 50 jóvenes del pueblo dirigidos por Juan Blas Gastón y Fermín Ornat que los contuvieron durante cuatro horas. Furiosos, los franceses al entrar en el pueblo, quemaron 12 casas y asesinaron a 10 impedidos y ancianos que no habían podido huir. De allí pasaron a Garde, ya en territorio navarro,( quemando antes la ermita de Puyeta), donde detuvieron su avance al conocer que los guerrilleros habían capitulado en Roncal.

El día 30, Musnier regresó victorioso a Jaca, cargado del botín producto del saqueo y con los ganados requisados, dejando sumidos a los valles en la destrucción y ruina. Dos meses después, de nuevo camparon por el territorio los guerrilleros de Sarasa, que siguieron siendo un incordio durante los casi cinco años más que duró el conflicto.



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