Esta nueva entrada, hace el
número 200 del blog. Un número redondo que coincide con el principio del nuevo
año. Es por ello, y sin que sirva de precedente, que la misma tiene una
extensión mayor de lo habitual. Entre otras razones, porque el tema lo merece.
Tradicionalmente se viene
denominando Torre de Ysil (o de Sil de forma más actual), a los restos de una
edificación militar (cada día más deteriorada y abandonada) en el antiguo
Camino a Oza, adjudicándosele la construcción a Tiburcio Spanoqui en tiempos de
Felipe II hacia 1592. Pero ambas apreciaciones están equivocadas. Ni es la
Torre de Ysil, ni es la que mandó construir el Rey Prudente.
Los argumentos
fueron explicados ya en mi artículo de diciembre de 1999 publicado en la
revista chesa, Bisas de Lo Subordán, pero como suele suceder a menudo, no se
tuvieron en cuenta y siguen apareciendo los mismos errores en nuevas publicaciones
como en la de Torres y Castillos del Altoaragón e incluso en algunas del mismo
valle, lo que me ha motivado para insistir en el tema.
Con nuevos datos recogidos en
estos años, creo que puede demostrarse la existencia de dos torres defensivas, construidas
en dos épocas distintas en dos puntos distintos del mismo camino y confiar en
que no persista el error, puesto que como pasa con la mentira, un error
repetido mil veces acaba convertido en un acierto o una verdad.
La Torre o Fuerte de Ysil
(Spanoqui lo escribe así), formaba parte de un conjunto de
obras defensivas con las que Felipe II ordena fortificar el Pirineo aragonés,
en previsión de una invasión de los hugonotes franceses y los partidarios de
los Lanuza, tras la ejecución del Justicia Mayor, Juan de Lanuza y conculcación
de los Fueros de Aragón tras el incidente relacionado con Antonio Pérez. Con
ése fin se construirán castillos y fortificaciones y se reforzarán villas. En
la zona de Los Valles, dos torres
defensivas, una en Ansó y otra en Echo.
Dibujo de Spanoqui |
Spanoqui describe así en su
informe, el lugar elegido para la construcción de la de Echo: “….A tres leguas de Hecho ay la puente de
zuazque (Suasqui) donde se juntan dos
passos el de Palos y el de agua Tuerta y todos vienen a parar a la puente de ysil donde ay un passo en estremo
fuerte a dos leguas del pueblo de hecho en el qual cualquier poco reparo
aseguraría el passo totalmente el frontero resenño demuestra su aspereça y costaría
muy poco mandarle hazer una torre de la forma de las demás pues el sitio es
conforme a los otros, otros passos ay que se podrían defender mas este por
todos respetos es el mas a propósito.”
El ingeniero acompaña el texto
con un dibujo a mano, que no deja ninguna duda, como puede apreciarse, de cuál
es la ubicación elegida perfectamente identificable aun en el día de hoy: en el
que llamamos Camino Viejo a Oza, atravesando el puente de Ysil.
El mismo lugar. Ubicacion de los resto señalada. |
Una vez completada la serpenteante subida, y
antes de seguir el descenso hacia Oza, se encuentran al lado del camino, unos
restos de una construcción, de la que sólo quedan tres pequeños lienzos de
aparejo, que son lo que queda de la Torre, o Fuerte de Ysil, como aparece en
los mapas antiguos. Por si queda alguna duda, desde la carretera, entre la
maleza y los árboles, llega a apreciarse un basamento o cimentación que servía
de apoyo y de contención del camino en aquél punto. Por cierto, en las
proximidades existe una cueva, popularmente llamada de los “cucharones”, que se
ha denominado siempre, Cueva del Castillo.
Restos de la torre de Felipe II |
Juan Bautista Labaña, el geógrafo
portugués al servicio de Felipe II y de Felipe III, en la confección de su
Itinerario del Reino de Aragón, al hacer la descripción del valle y sus
caminos, cita textualmente en el año 1610:
“…El fuerte del Puente de Asil (Puente de Ysil) en el valle de Echo”.
¿Y cuál es pues, la torre
defensiva que encontramos en nuestro camino por la Calzada Romana, que viene
erróneamente denominándose de Ysil, y adjudicándose su construcción
equivocadamente a Spanoqui y Felipe II?.
Leamos lo que dice el oficial del
Correo General de la Corte, Bernardo Espinalt y García, en su obra El Atlante
Español publicada en 1779 al referirse a Hecho en el apartado sobre el Reyno de
Aragón página 243:
Lo que queda de la torre |
“…Antiguamente había un Castillo
situado en el camino principal,
que va a Francia, con un destacamento más o menos numeroso, según lo exigían
las urgencias: por orden del Rey Don
Fernando el sexto (reinó desde 1746 hasta 1759) se construyó otro nuevo en la misma carrera de aquel Reyno, en
distinto parage en las inmediaciones de su Frontera, que se guarnece, según la
Tropa que tiene la Plaza de Jaca.” ….
Cualquier conocedor de la zona,
comprobará que ésta torre se encuentra aproximadamente a un Kilómetro y medio
de distancia del lugar dibujado por Spanoqui para ubicar el Fuerte.
Pero no quedan aquí los
argumentos. El fraile ilustrado Mateo Sumán, en su Diccionario Geográfico del
Reino de Aragón, Partido de Cinco Villas, redactado en 1802 y no publicado
hasta el pasado 2015, con su habitual minuciosidad y precisión nos dice al
hablar sobre los castillos del Valle de Echo:
Torre de Fernando VI |
“…En tiempo de Felipe II se mandó construir el castillo viejo que estaba a la orilla izquierda del Aragón Subordán
en el término o puerto de la Costatiza, a distancia de cerca de tres horas de
la villa, y media hora distante del
castillo nuevo que hoy existe a la orilla derecha del rio Aragón, y se
edificó en tiempos de Fernando el VI. Es de forma cuadrada, a modo de torre, es
pequeño. Tiene dos divisiones, alta y baja, con oratorio muy pequeño. Cabe poca
tropa. Se sube a él con escalera portátil. Dista poco más de dos horas de Hecho;
está situado en el término llamado el Bozo, en el Camino real que guía a
Francia”.
Juan Martin Zermeño |
Para completar la información
mencionaremos que el ingeniero militar que en época de Fernando VI proyectó la
edificación de la torre o castillo nuevo, se llamaba Juan Martin Zermeño y su hijo Pedro siguió los pasos del padre. El
rey le concedió título nobiliario por sus servicios.
Actualmente. Lienzo norte desplomado. |
Espero que todos estos argumentos
demuestren definitivamente la existencia de dos torres. La de Ysil edificada
por Spanoqui en época de Felipe II y de la que quedan solamente unos restos, y
la de Fernando VI construida por Zermeño y de la que pronto no quedará
igualmente más que un montón de piedras, pues tras conseguir que se
interviniera en ella para evitar su desplome hace casi veinte años, la obra
realizada resultó chapucera e ineficaz continuando el deterioro hasta que hace
tres años se desplomó el lienzo de la cara norte, desnivelándola.
A la
Diputación General de Aragón le ha sido reclamada por el Ayuntamiento la
intervención urgente, sin que se haya molestado siquiera en enviar a sus
técnicos para evaluar el daño.
Pronto habrá que incluir ésta
torre junto con los pueblos, ermitas, puentes y demás patrimonio que unas veces
el tiempo, y otra la desidia de las instituciones ha hecho desaparecer. Y con
ella otro pedazo de nuestra historia....irrepetible.
Felicidades por tu blog y tus 200 entradas, todas a cual mejor. Eres un libro de historia, amenizado por unas preciosas fotos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu amable opinión Rosa.
ResponderEliminarMuy interesante, gracias. Antonio el tema de la "calzada" está en discusión, parece que por sus características no pudo ser nunca "Calzada", aunque si una via de comunicación importante, pero ocurre como tu indicas con la Torre de Ysil, a fuerza de repetir una afirmación, y no reconsiderarla, se puede eternizar un error.
ResponderEliminarGracias por tu opinión. Respecto al tema de la calzada, conozco la discusión planteada, y los argumentos a favor y en contra. No obstante, como dices, es innegable la importancia como vía de comunicación desde tiempos muy lejanos. Un saludo.
ResponderEliminarEs evidente que esa torre, la de Felipe VI, caerá por el mismo peso que se extiende la desidia pública en el patrimonio cultural de los Valles Occidentales; si de su recuperación se derivase algun beneficio económico, para contratista y consultor, hace tiempo que habría hasta un plan de gestión asociado al mismo, con una financiación anual que se justificaría quitando las telarañas a los recovecos de la construcción, cada mes.
ResponderEliminarPero no es así; resulta más útil, a ciertos estamentos, sostenter con su desidia la ignorancia y la confusión sobre la propia historia de cada lugar; es como "incumplir los fueros" pero de modo pausado, sordo y recalcitrante...total, como ya se dijese hace 20 años por un destacado gestor público, todos estábamos condenados a emigrar a ciudades como Zaragoza o Huesca; ahora ese torreón y otros elementos son el símbolo de su nueva preocupación: la rampante despoblación y sus consecuencias derivadas, como es la pérdida de la memoria histórica-primer eslabon del afianzamiento de la cultura- y lo que es peor: la falta de interés suficiente en recueprarla.
Gracias por tu iniciativa.
Completamente de acuerdo con tu comentario. Lo triste es que ya hace años a base de presiones de particulares conseguimos una primera intervención para su consolidación que fue una chapuza total por no elegir la administración correctamente a la empresa que intervino ni realizar ningún control. También se elaboró un plan colectivo de intervención sobre elementos patrimoniales del Valle proponiendo un uso para cada uno (casa de ganaderos, antiguo tejar, torre de Fernando VI...) que duerme en los archivos municipales. Se hizo de forma gratuita por la Facultad de Aparejadores de Madrid, como proyecto de fin de curso.Todo ignorado. La falta de interés por el patrimonio y la memoria histórica que comentas es un elemento común en el medio rural y en las ciudades. Así nos va.
ResponderEliminar