Desde este blog se pretende difundir la historia, el arte, la cultura y la naturaleza de la villa y del valle de Echo, uno de los enclaves pirenaicos de Aragón, más hermosos y dinámicos. Su pasado, presente y futuro merecen la pena conocerse y compartirse. Con mi admiración , cariño y la mayor modestia.

miércoles, 23 de marzo de 2016

EL MILAGROSO BRAZO DE SAN PEDRO EN SIRESA. LEYENDA MEDIEVAL.

Escultura de San Pedro en Siresa
Sancho Garcés I
Tras la decadencia del imperio franco carolingio, que había ocupado las tierras del actual Valle de Echo y las del río Aragón y fundado el Monasterio de San Pedro en Siresa en las primeras décadas del siglo IX, dicho territorio se convirtió durante casi un siglo en un condado independiente, hasta que Sancho Garcés I, lo ocupó anexionándolo a Pamplona al morir el conde Galindo II Aznárez, ignorando todos los derechos sucesorios. Casi otros cien años pasarían hasta que uno de sus descendientes, Ramiro I, hijo natural de Sancho III Garcés, heredara lo que se conocería desde entonces como el Reino de Aragón.
                                          
Cuenta una antigua historia medieval, que el rey de Pamplona, Sancho Garcés I estuvo a punto de morir de una larga y dolorosa enfermedad que sus médicos no conseguían atajar. Como no encontraba ninguna mejoría a pesar de todas las curas a las que se sometió, decidió encomendarse al apóstol San Pedro, del que se conservaba en el Monasterio de Siresa, la reliquia de uno de sus brazos y viajó hasta el cenobio. Parece ser que el brazo de San Pedro hizo el milagro, y le curó su enfermedad.




Monasterio de San Pedro de Siresa
De cómo llegó el brazo de San Pedro a Siresa, el abad del monasterio le contó al rey Sancho durante su convalecencia en el mismo, que fue en el siglo VI cuando San Leandro, obispo de Sevilla, envió a Roma al obispo Ciriaco de Zaragoza por ser amigo del papa Gregorio Magno, con la misión de traer una reliquia del santo a Hispania. El papa se negó en un principio pero ante la insistencia del zaragozano, aquél hizo un ayuno, apareciéndosele al pontífice el propio san Pedro que le dijo que fuera a su sepulcro en el que hallaría una reliquia separada de las demás que debía de entregar al obispo Ciriaco. Así fue como le entregaron el brazo, que colocado en un relicario de oro fue traído a Hispania.

Brazo de San Pedro en Barbaruens
Al regreso de un viaje tan largo, san Leandro había fallecido, por lo que el obispo Ciriaco decidió dejar la reliquia en Zaragoza donde estuvo hasta la invasión musulmana, cuando los cristianos se pusieron a salvo en las montañas llevando con ellos todas las reliquias y tesoros eclesiásticos, yendo a parar el brazo al Monasterio de Siresa.

La misma historia, con otros protagonistas se cuenta del brazo (¿el otro?) de San Pedro que se conserva en Barbaruens, Pirineo de Huesca, proveniente del monasterio de San Pedro de Tabernas, cerca del lugar de Seira. En este caso, fue Bencio, obispo de Zaragoza el que llevó el brazo a San Pedro de Tabernas huyendo de los agarenos.

Monasterio de San Pedro de Tabernas en Seira
La reliquia del brazo del monasterio de San Pedro de Siresa, desapareció en algún momento de la historia, y sea o no el mismo de Tabernas, la leyenda iniciada continúa relatando que el rey Sancho Garcés, agradecido por su curación, antes de abandonar Siresa, donó al cenobio la villa de Usón lo que no está documentado en ningún lugar. Era el año 923. Dos años después, Sancho Garcés moría, suponemos que de otra enfermedad distinta de la que fue ¿“milagrosamente curado”?.


En cuanto a la autenticidad del brazo, sólo quiero recordar que en 1968 el papa Pablo VI confirmó que se había encontrado la tumba del apóstol y su probable esqueleto, del que sólo faltaba las puntas de los pies. Pero las leyendas, son eso…leyendas.


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