Restos de San Julian y Basilisa de Navasal. Fotografía de A.García Omedes. |
Indudablemente, la Iglesia de San
Pedro de Siresa, único resto en pie del que fuera famoso monasterio medieval de
origen carolingio, es la joya patrimonial del Valle de Echo.
Sin embargo, no fue éste el único
monasterio de aquel período. En la divisoria de aguas con Biniés, Tolosana y
Embún, en tierras chesas, aunque geográficamente dentro del valle de Ansó, se
encuentran los restos del monasterio dedicado a los santos Julián y Basilisa,
venerados ya en los santorales visigóticos y luego mozárabes, mártires que
fueron de la persecución de Diocleciano, siendo su festividad el 9 de enero.
Nos dice Antonio Ubieto que se ha pretendido que es un monasterio de
origen visigótico, tomando como base un falsificado documento datado en el año
570, por el que el rey Alarico dio a tal monasterio las villas de Nové y
Ardanés. Pero al parecer dicha falsificación es muy tardía, no pudiendo
tomarse en cuenta.
El rey de Pamplona, Fortún Garcés señala por invitación del conde
Galindo de Aragón, en un documento del año 892 los límites de dicho monasterio,
que al parecer ya había sido arrasado, aunque quedó en pie una iglesia , así
como restos de un poblado que pudo ser Navasal y que sería igualmente
destruído, antes del año 848, ya que San Eulogio que menciona en ésa fecha
todos los monasterios de la zona, que recorrió, al de San Julian y Basilisa no
lo cita.
El historiador Antonio Durán,
dice que en el año 920 el conde Galindo Aznarez II fundó un nuevo monasterio
dedicado a los citados santos Julián y Basilisa, cuyo gobierno confió al abad
Transirico, pero que dicha fundación pudo no prosperar, ante la ausencia de
noticias del mismo a lo largo del siglo X.
Claustro de San Juan de la Peña. Foto:A. Martinez |
El monasterio de Navasal, o lo
que quedaba de él, paso a ser propiedad del de San Juan de la Peña en fecha
desconocida, aunque se cita a un prior de Navasal en 1145 y en 1280 había un
poblado alrededor propiedad también de San Juan de la Peña.
Se desconoce la fecha de su
ruina, conservándose, cada vez más deteriorados, los restos de una iglesia con
ábside circular adosado a la nave.
Datos obtenidos de los libros::
Orígenes de Aragón de Antonio Ubieto Arteta
Arte Altoaragones de los siglos X y XI de Antonio Durán Gudiol
(Mi agradecimiento a Antonio García Omedes por la autorización para utilizar la fotografía de su web
sobre el románico aragonés que recomiendo encarecidamente: www.romanicoaragones.com)
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